23 de octubre de 2020
Sé el primero en valorar esta crítica
Historias de ladrones estilosos hay muchas, y esta Ladrones (Takers) es una más.
Como dice una avispada crítica, quiere ser Michael Mann y se queda en Tony Scott, pero ni eso tampoco, porque el malogrado director de Spy Game tenía un estilo y una elegancia al dirigir que no tiene John Luessenhop. Y ya para llegar a los talones de Mann, sobre todo del Mann de Collateral o Corrupción en Miami, le queda a Luessenhop un mundo.
Muchas caras conocidas, unas mejores (Idris Elba, Matt Dillon, Johnathon Schaech, Zoe Saldaña, Jay Hernández) y otras peores (Paul Walker, que jamás fue un gran actor, ni hay que decirlo por quedar bien sólo por el triste final que tuvo, desgraciadamente, y Hayden Christensen, protagonista de uno de los cuentos más tristes de Hollywood y de oportunidad máxima desaprovechada por la sencilla razón de que no es un buen actor ni lo ha sido nunca, aunque se acercara bastante en El precio de la verdad) para una intriga de gato y ratón de lo más convencional y nada estimulante, pero por lo menos entretenida.
Da lo que promete. No hay que pedirle tampoco más.
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?