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Voto de Talibán:
7
7,3
1.120
Drama. Comedia
Batala es un truhán que dirige una ruinosa imprenta en París. Acuciado por las deudas, decide imprimir unas historias del Oeste escritas por Lange, uno de sus empleados. Sin embargo, acosado por sus acreedores, se ve obligado a huir de la ciudad, y aprovechando un aparatoso accidente ferroviario, decide simular su propia muerte. Al conocer la noticia, sus empleados acuerdan formar una cooperativa, que empieza a dar beneficios gracias ... [+]
6 de junio de 2011
36 de 37 usuarios han encontrado esta crítica útil
Los señores Batala no necesitan consultar el manual de instrucciones de la vida para moverse por ella con gracia e incluso distinción. A su paso, la ingenuidad cae conquistada y los señores Lange nunca tendrán la menor opción. En “El crimen del Sr. Lange”, Batala desvela el secreto:
- La vida es algo a lo que hay que acostumbrarse.
De nuestra incapacidad para convertir la vida en una costumbre surge una infantil atracción por esta clase de hombres de acción, los Batala; a nosotros nos han enseñado a dudar, a dejarnos atrapar por un fango de proposiciones morales del que salimos sólo para sumergirnos en nuevos lodos de reflexiva inercia.
El ideario artístico de Jean Renoir, basado en la búsqueda de la naturalidad pura de los intérpretes, alcanza con la creación que hace Jules Berry del Sr. Batala una cumbre, para mí su gran cumbre en este ámbito. Con su aire de Bela Lugosi familiar y juguetón, un vampiro demasiado cotidiano para no reconocer en él a muchos especímenes cercanos, Renoir y Berry despojan a la vileza tanto de sordidez como de solemnidad.
- La vida es algo a lo que hay que acostumbrarse.
De nuestra incapacidad para convertir la vida en una costumbre surge una infantil atracción por esta clase de hombres de acción, los Batala; a nosotros nos han enseñado a dudar, a dejarnos atrapar por un fango de proposiciones morales del que salimos sólo para sumergirnos en nuevos lodos de reflexiva inercia.
El ideario artístico de Jean Renoir, basado en la búsqueda de la naturalidad pura de los intérpretes, alcanza con la creación que hace Jules Berry del Sr. Batala una cumbre, para mí su gran cumbre en este ámbito. Con su aire de Bela Lugosi familiar y juguetón, un vampiro demasiado cotidiano para no reconocer en él a muchos especímenes cercanos, Renoir y Berry despojan a la vileza tanto de sordidez como de solemnidad.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
Su final, como el de todos los grandes villanos, es necesariamente irónico. Disfrazado de falso sacerdote, agoniza pidiendo uno auténtico después de haber indicado al Sr. Lange cuál sería la solución a sus desdichas: “¿Por qué no me mata?”. Sí, ¿por qué no? Hay que ser Batala al menos una vez si se quiere seguir siendo Lange toda la vida.