Es realmente curioso que cuando decide hacer auténtico cine, la niña lo consiga. Pero aún más que lo consiga sin dejar de ser una niñatilla con una cámara. Y que eso se convierta en un rasgo de personalidad. A ver si me explico.

No entiendo nada de música moderna, en general me molesta cada vez que suena como fondo de una película. Digamos que es mi problema, hay personas que tienen otros problemas viendo cine (sobre todo cine antiguo). Una película que toma la figura de María Antonieta como excusa para ofrecer una incontenible hemorragia de canciones new age (o new lo que sea), a la vez que suplantar la mirada histórica por otra de high school pijísimo, a la vez que llenar la pantalla de imágenes de reflejos solares y espacios abiertos..., ¿es posible imaginar mayor pesadilla para un talibán siervo de la memoria de Murnau?

Y sin embargo, se mueve. El cine se mete entre plano y plano, a veces un breve instante, otras durante una escena entera. Las más, de manera tan leve, sutil e insegura como un sabor de cocina vanguardista.

De manera incontestable, la niña hace cine cuando no tiene más remedio, cuando por el argumento toca (spoiler 1):

Pero si en el resto de la cinta -llena de tonterías, por otra parte- la niña se dedicara sin más a dejarse llevar por sus manías, esto haría de Marie Antoinette un fracaso, y no creo que lo sea. Hay una cosa que la hace especial...(spoiler 2)