Film estadounidense de claro mensaje ecologísta y más centrado en los peligros del fracking.
El mensaje no está mal pero es, para empezar, demasiado obvio, amén de que está mostrado de forma torpe y deslavazada, utilizando una técnica que acaba por marear al respetable, no dejándole ver con claridad cuanto acontece en pantalla debido al nerviosísimo movimiento de la cámara. Con esta técnica pretenden sus dos realizadores crear mucha tensión pero lo único que consiguen es en verdad molestar y poner de mala leche.
No carece la cinta de interés y durante parte del metraje se sigue con curiosidad y respeto, pero cuando llegan los violentos acontecimientos la película desbarra sin remedio, dejando una sensación de desasosiego y cansancio.
Bien Adrienne Barbeau y Alison McAtee, buena fotografía de Lee Eun-ah y creo que, sinceramente, una oportunidad perdida ya que el fondo es respetable pero la forma es equivocada.
Pero, como siempre digo, para gustos.

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