Aunque no específicamente buena desde el punto de vista fílmico, tiene sin embargo el claro bagaje positivo de su honradez y dignidad, tanto en el fondo como en la forma.
En la forma porque el guión es claro y el ritmo constante. Además, la banda sonora tiene fuerza y las interpretaciones son buenas.

Los diálogos destilan credibilidad y el film, en su conjunto, es sobrio y muy ameno.

Y también es positiva en cuanto al fondo, no en vano es una denuncia a lo que estaba ocurriendo a comienzos de los setenta en Italia, donde grupos organizados se hacían, para solaz propio y ajeno, con las voluntades de chicas jóvenes, prometiéndoles dinero fácil y desembarazándose de ellas cuando daban problemas o no eran necesarias.

La película no tiene baches y el interés va en aumento según se nos ofrecen datos nuevos.

También hay escenas escoradas hacia el gore, es decir, de claras connotaciones propias del giallo, con los brutales y sanguinarios asesinatos del hombre de la moto, que no duda en, por ejemplo, cortar cabezas y manos si es necesario.

Una cinta al que el paso del tiempo no le ha causado mella alguna y resulta muy entretenida, con un final muy acorde con el espíritu de la historia.

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