Giallo de los setenta, década donde, en mi opinión, se hicieron las mejores películas de este "bonito" (sub) género. Tanto "bonito" como "sub" lo digo con cariño pues soy el primer fan de ellos.

Esta de ahora, con estupendo título, es una coproducción entre Italia y Grecia (parece mentira que entre ambos países no hicieran demasiadas películas dada su cercanía y similitudes en cuanto a personalidades).

Es muy irregular, con buen comienzo y para mi gusto, funcional mezcla de intriga con asesinatos a navaja muy sangrientos, con comedia. Hay numerosas escenas y diálogos con buenas dosis de cachondeo, como el robo a la caja fuerte. Y también los momentos (pocos para mi gusto) en los que aparece el jefe de la policía, excelentemente interpretado, con mucha sorna, por el siempre maravilloso Robert Webber.

La pena es que tiene muchos momentos muertos, como todas las escenas en el night-club y un ritmo equivocado. Así, la película no pasa de ser mediocre aunque con elementos positivos como la banda sonora de Riz Ortolani y la fotografía de Aldo Ricci.

Al final, hay bastante tedio, aunque tiene un algo que la hace simpática. Pero, vamos, podría haber estado mucho mejor.

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