Entretenido western de serie B, pero realizado con agilidad por el ilustre artesano George Sherman, que tiene en su filmografía muchas amenas películas.
Esta lo es, gracias a un buen guión a seis manos, que adapta con eficacia la novela de Arthur Gordon.
En poco más de setenta minutos, se narra una historia con varias vertientes, todas ellas interesantes.
Se sigue con gusto gracias a aspectos positivos como el elenco interpretativo, lleno de figuras de las llamadas "de reparto", a la excelente fotografía de Henry Freulich y a que contiene un clímax con tensión desde el comienzo hasta el final.
No, no es una gran película, pues su modestia industrial es palpable, pero es agradable y deja un bonito recuerdo en la memoria.

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