Film canadiense de género fantástico, rodado en el ya por aquél entonces vetusto 3-D.
Predecesora de la exitosa "La máscara", de 1994 y con el protagonismo de Jim Carrey, es menos graciosa y divertida que esta, no en vano Jim Carrey estaba en ese momento en el mejor momento de su carrera y la verdad es que su sola presencia hacía reír de veras.
En esta ocasión es totalmente seria, no es una parodia sino que su fondo y forma supone una tensión sobrenatural sobre quien se la pone, que le incita a asesinar a sus semejantes.
Bien interpretada y dirigida con mano firme por Julian Roffman, se sigue con gusto y su visión constituye un entretenimiento seguro.
Tiene excelentes escenas oníricas que suceden cuando alguien se pone la máscara, que plástica y visualmente son atractivas y evocadoras, amén de que son el leif-motiv para los efectos del 3-D, con esas lenguas de fuego arrojadas por la gran máscara, por ejemplo. No sé si en los cines cuando se estrenó los espectadores tendrían miedo viendo dichas imágenes. Viéndola ahora, por televisión, en pleno siglo XXI (agosto del 2021), la verdad es que no tiene mayor trascendencia.
Buena fotografía en blanco y negro y final que cierra bien la historia, aunque se deje una puertita abierta para continuar el argumento en otro filme, que no sé si se hizo o no... hasta llegar al inconfeso remake de 1994.

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