Entretenido film hongkonés del año 1985, protagonizada por el gran Jackie Chan y secundado por otro héroe del cine de dicho país: el orondo Sammo Hung, además co-director de la película.

Está bien llevada y mantiene un aparentemente fácil equilibrio entre el cine de acción, el policíaco, la comedia, y el drama familiar.
Y es en este apartado donde más convence, en la relación entre los dos hermanos, uno preso del otro por cuanto debe estar siempre que pueda a su lado ya que no puede dejarle demasiado tiempo solo por su frágil mentalidad.

Los temores, rencores, egoísmos, amor fraternal y frustraciones cotidianas están expuestos sin rubor ni dramatismo desaforado. Simplemente se exponen claramente situaciones de la vida diaria que resultan creíbles y muy humanos y reconocibles.

Bien dirigida por Sammo Hung y con una estupenda fotografía y música, la cinta deja un buen sabor de boca aunque no sea ninguna maravilla. Pero es agradable y destila honestidad a raudales.

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