Una deliciosa mezcla de drama social y comedia romántica de tintes caprianos, que nos cuenta las dificultades por las que pasará un inmigrante checo a su llegada a los EEUU en plena Depresión, cuando se encuentre con que el gobierno ha endurecido los requisitos para la aceptación de inmigrantes y decidan volver a repatriarlo.
Este, se negará a darse por vencido y saltará del barco que lo lleva de regreso a su país, convirtiéndose de este modo en un " sin papeles", en la ciudad de Nueva York.
Conocerá a una corista ( Ginger Rogers), que también pasa por grandes dificultades, que sin embargo lo esconderá en su casa y al que ayudará en sus primeros pasos en la gran metrópoli.
Como ven, el argumento sigue pleno de actualidad. Las cosas apenas han cambiado en cien años y es fantástico ver cómo Roberts nos lo explica todo con meridiana claridad, aplicando aguda crítica a la situación no exenta de esperanza y optimismo sin esconder de ningún modo el terrible drama.
Sí tiene sí, algunos aspectos que podrían recordar al cine de Capra ( salvando las distancias, claro). Cierto realismo social, esperanza del sueño americano, crítica al sistema y a la falta de humanidad, fe en el género humano, la lucha del individuo, cierta ingenuidad no exenta de humor y un final ( ! ohh, qué final), realmente digno del maestro y de la mejor screwball comedy.
Por poner alguna pega, a mí no me gusta mucho la actuación de Francis Lederer. No le veo natural en su humilde e ingenuo personaje. Me parece forzado y con poca chicha. Pero la Rogers, ! ahh, la Rogers !. ! Era inmensa ! y nadie se da cuenta. No la sacan de sus bailes con Astaire ni por asomo. Pero resulta que era una actriz colosal. ! Mírenla, por favor!.
El conjunto es una estupenda película más. Con pocos medios pero grandes resultados. ! Compruébenlo, ¿quieren?.