Entre espuelas y pañuelos guardapolvos, Wayne, en alguna ocasión, también se vistió de smoking.
- Te cambio uno de mis muchachos por uno de los tuyos", se decían los productores unos a otros, tal y como nosotros, en el cole, intercambiábamos los cromos de fútbol ( el de Cruyff no lo cambiábamos ni de coña que era muy difícil).
Y así, John Wayne, que todavía no era la estrella en la que se convertiría después, va a parar a la mansión de un millonario, donde papá no saca carrera con él ya que este parece mucho más interesado en la colección de Panini " Chicas cañón" que en aplicarse en el trabajo.
Los morosos no deberían tener hijas, ni los niños de papá ser enviados como cobradores del frac. A Wayne le toca el cromo difícil ( Evalyn Knapp) y se lo guarda para sí, cómo no, algo que no le hará ninguna gracia a su padre que cree que le va a salir muy caro a él.
Esta comedia resulta muy agradable, dulce y simpática, aunque se adivina algo dispersa, ( como la colección de cromos no terminada), como si hubieran tenido que meter tijeretazo en algunos tramos para ahorrar costes. Recordemos que esto se ha lanzado como un serie B de sesenta minutos, pero para mí está clarísimo que faltan pedazos en su trama y estoy seguro de que, en su origen, fue concebido como un film de más larga duración.
Sobre todo el tramo final, que lo despachan rápida y bruscamente, cuando toda la primera mitad transcurre a otro ritmo más sosegado y más desarrollado.
Pero cuenta con momentos muy agradables en dos partes también muy diferenciadas en lo que, casi, casi, parecen dos películas en una. En la primera parte, John Wayne es el protagonista playboy y protagoniza muy buenos momentos y escenas. Pero en la segunda parte, una vez casados, es Evalyn Knapp la que agarra el timón y se convierte en el principal interés de la historia lo que produce sensación de desequilibrio.
Pero lo que no cabe duda es que esta peli es también el germen de muchísimas otras comedias románticas que vendrían después.! Cómo nos suena todo lo que vemos!, ¿verdad?.