Divertida, enternecedora, triste, trágica, conmovedora… ¿algo novedoso qué decir? No lo creo. Pero lo que sí creo, es que “La Vida es Bella” es una de las películas más emblemáticas de la historia del cine.

La historia ‘chaplinesca’ narra las aventuras de Guido (interpretado por un brillante Roberto Benigni) y su afán por conquistar a su adorada Princesa (su esposa, la actriz Nicoletta Braschi), a inicios de la Segunda Guerra Mundial. Y como la vida misma en aquél entonces, es interrumpida por la guerra.

Dos historias, la comedia y la tragedia unidas, hacen única a esta película. El inocente guión (escrito por Benigni) lleno de enredos y situaciones hilarantes, harán reír a todos, y a la vez de plasmar un mensaje conmovedor, hará llorar a cualquiera.

La película trata de nunca perder la perspectiva, de siempre seguir adelante en nuestras vidas; que aunque a veces nuestra vida no nos sea satisfactoria, demos gracias a Dios porque aún tenemos vida. Roberto, te mereces el aplauso de todo el mundo, y te has ganado el mío. 3 Óscares me parecen poco. Señores, La vida es bella.