Como retrato fiel de uno de los problemas más acuciantes de la sociedad colombiana, María llena eres de gracia funciona de principio a fin. Su sencillez argumental y su precisa mirada sobre los hechos que relata la convierten en una película ideal para reflexionar sobre los turbios entresijos del narcotráfico y los terribles sacrificios que tienen que hacer muchos colombianos para salir adelante en la vida. La valentía de su planteamiento, y la excelente interpretación de Catalina Sandino Moreno, ya la hacen digna de ser vista.
Pero hay algo en este film que no me termina de cuadrar. Los primeros compases están dedicados a presentar la desazón vital de María, como es natural; pero creo que los motivos que la llevan a convertirse en mula no me parecen suficientemente fuertes (cierto que la situación de María es difícil, pero no para tomar una decisión tan drástica). Esto hace que la película ande un poco coja. Sin duda, lo mejor del film es su centro, el viaje de María. Cuando María llega a su destino, la película vuelve a ser inconsistente, y necesita de una subtrama, que no está mal, para aguantar el tirón. El final es tristemente coherente con la historia.
En definitiva, María llena eres de gracia es una buena película, sencilla, desnuda, que presenta una triste realidad con mucho verismo y sin efectismos distorsionadores. Tal vez le falte una última mano de pintura, un último repaso que lime ciertas asperezas en la construcción de los personajes y que le dé una mayor rotundidad a ciertos momentos clave de la cinta. Por lo demás, buena película, con el aval de la gran interpretación de Catalina Sandino Moreno.