Es difícil encontrar una película tan completa como esta, aunque lamentablemente no lo es en ningún momento en el buen sentido. En "Bailar en la oscuridad" solo tenemos dos tipos de momentos en pantalla: cuando Björk está cantando o cuando Lars Von Trier está dirigiendo (a veces las dos a la vez, para que no solo valga con cerrar los ojos si no que además habrá que taparse los oidos). La única forma de que la experiencia sea aún más completa es que cuando te persones en la FNAC a comprar el dvd (o el blu-ray, que ya sería la leche ver la dogmática cámara con parkinson del danés a 1080p) recibas una patada en la boca en el momento de aflojar la pasta.