Pues a mí esta serie me chifla, qué queréis que os diga. Me he devorado todos y cada uno de los episodios de las dos temporadas que lleva por el momento. Y sí, es verdad que alguno (sobre todo los de la confusa y mareante última temporada) no son nada del otro mundo, pero cumplen perfectamente su función de hacerme pasar un buen rato, que es exactamente lo que busco.

La primera temporada es soberbia, con un pulso muy bien llevado y un argumento absorbente. Sin embargo, esta temporada tiene un fallo bastante grande, que hace que más de uno pueda decidir dejar de visionar la serie tras los primeros cuatro capítulos (véase spoiler).

La segunda temporada empezó bastante bien, con ocho capítulos iniciales muy atrapantes, y con un guión que parecía tener muchas salidas. Pero al final, todo lo construido durante los primeros episodios desaparece (y no exagero), para dar paso a una segunda mitad de temporada horrible, que nada tiene que ver con la esencia de la serie (véase spoiler 2). Menos mal que el doble último capítulo de la temporada compensa todo esto con creces.

En definitiva, no tengo ningún reparo en recomendar la serie porque, aunque la segunda temporada deje mucho que desear, en líneas generales es una serie que se eleva por encima de las actuales, y que para más de uno se convertirá en un 'guilty pleasure' (placer culpable) de lujo.