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España España · Madrid
Voto de Sanjuan:
7
Animación. Fantástico. Drama. Infantil En una casita oculta bajo las tablas del suelo de una mansión campestre, vive una familia de seres diminutos, de apenas 10 cm. de altura, que tienen la norma de no dejarse ver nunca por los seres humanos; sin embargo, su tranquila existencia cambia cuando Arrietty, una audaz adolescente, es vista accidentalmente por un niño que se acaba de establecer en la casa debido a su delicada salud. Al tiempo que entre ambos surge una gran ... [+]
4 de agosto de 2011
8 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
Es un día grande. Los amantes del cine de animación podemos dormir tranquilos, el legado de Miyazaki está a salvo en manos de Hiromasa Yonebayashi. Si éste joven es capaz de hacer lo que ha hecho en ésta su primera incursión como director, el público en general y el Studio Ghibli en particular debe estar dando palmas con las orejas.

"Arrietty y el mundo de los diminutos" es la adaptación del cuento infantil "The Borrowers" (1952) pero ambientado en el Tokio actual. La acción se sitúa en una gran casa de campo japonesa en la que la protagonista (Arrietty) y sus padres viven tras los cuadros, vigas y bajo las alfombras de la mansión. Con los años, han sido capaces de construir su particular mundo y tienen sus normas y costumbres a expensas de los humanos, de los que rehuyen. Resulta fascinante ver cómo estos seres se mueven por unos escenarios que quitan literalmente el sentido y cómo interactúan con el mobiliario de la casa. En éste aspecto, los primeros veinte minutos de metraje se convierten en un verdadero deleite para la vista.

Tal vez sea su parte central la que adolece de falta de acción pero se suple con la ternura que aflora en la relación que establecen Sho, un joven (humano) con problemas de salud y nuestra Arrietty. Es aquí, en el nudo de la historia cuando a uno le queda la sensación de que las aventuras de estos pequeños personajes podían haber conseguido mayor calado y estímulo frente al espectador. La cinta se mueve entre el género de aventuras y el drama puro y puede que sea en ese ir y venir entre ambos terrenos donde el novel Yonebayashi haya descompasado el ritmo de la película. Pero no le restemos méritos, al césar lo que es del césar, ha conseguido crear una obra que enamora en general por su conjunto y en particular por su detalladísima ambientación. El tramo final remonta de nuevo y nos regala un adiós que encoge el alma, sin ñoñerías.

El director japonés ha ideado una obra sin la magia contextual de "Chihiro", (magia hay en todas y cada una de sus imágenes) o la épica de "Mononoke", (la historia no lo requiere), pero con un grado de sensibilidad tal que enamora a primera vista. Es una historia simple y a la vez magníficamente contada. La alabanza a la naturaleza (marca de la casa) queda una vez más reflejada, la tremenda banda sonora acompaña de maravilla a las imágenes a pesar de que su tema central (cantado) esté muy lejos de los ideados por el genio Hisaishi para otros títulos, terminando con el guión, que cumple a la perfección ahora sí, en manos del maestro Miyazaki.

Lo dicho, podemos ir frotándonos las manos ante lo que puede avecinarse en el Studio Ghibli. Desde luego que con "Arrietty y los diminutos", el 2D vuelve a alzarse a lo más alto del podium de la animación. A ver ahora quien es el académico que tiene huevos de nominar a "Cars 2", "Happy Feet 2" o "Kung Fu Panda 2" por delante de la japonesa. De momento me marcho a celebrarlo.
Sanjuan
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