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Voto de manolain:
8
5,9
3.827
Drama
Drama sobre la odisea de los inmigrantes ilegales para conseguir el permiso de residencia en Los Ángeles. Max Brogan (Harrison Ford) es un agente de inmigración estadounidense con una peculiaridad: se encariña con toda la gente que debe deportar. Su colega Hamid (Cliff Curtis), de origen iraní, trata de demostrar a su familia lo importante que es ser americano. Una abogada (Ashley Judd) se encuentra con el caso de una chica de quince ... [+]
15 de julio de 2010
24 de 29 usuarios han encontrado esta crítica útil
Qué sorpresón me he llevado con esta película. Es la típica película que cae a tus manos no sabes muy bien de dónde, no has oído de ella en tu vida (pese a que en su reparto hay nombres de primerísima fila) y que seguramente por eso, por inesperada, te termina impactando más que otras. Encima, al verla en VOS, uno puede apreciar muchísimas más cosas, como el español (un poco regulero, eso sí) de Harrison Ford.
Estoy leyendo aquí que si la película no profundiza, que si le falta fuerza, que si termina con moralina, que si es una copia de Crash (de esto último me parto de risa, entonces es copia también de Babel, Magnolia, 21 gramos o Amores Perros, todas ellas entre sí que se parecen como un huevo a una castaña). No se, a mí me ha dejado otras sensaciones completamente diferentes, y momentos muy destacables, que meto en el spoiler.
Estoy leyendo aquí que si la película no profundiza, que si le falta fuerza, que si termina con moralina, que si es una copia de Crash (de esto último me parto de risa, entonces es copia también de Babel, Magnolia, 21 gramos o Amores Perros, todas ellas entre sí que se parecen como un huevo a una castaña). No se, a mí me ha dejado otras sensaciones completamente diferentes, y momentos muy destacables, que meto en el spoiler.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
Desde luego, y en eso sí coincido con casi todas las críticas, la historia de más fuerza es la de la adolescente musulmana. La policía está espectacular en el registro del cuarto, cómo sin pestañear, pisotea cualquier rastro de libertad de expresión, completamente convencida de estar protegiendo a su país. Y la niña está también sensacional, a ratos con una mirada de odio tremenda, a ratos con la incredulidad por lo que le está pasando. También está sensacional en el discurso en el colegio, donde empieza todo.
El momento en que la asistente le dice a los padres que uno se tiene que ir con ella y que seguramente jamás se volverán a ver, o en la despedida con la madre en el centro de reclutamiento, también están perfectos para mí.
El personaje de Harrison Ford está bordado, en dos momentos particularmente para mí: cuando mira al personaje de Alice Braga, y simplemente con la mirada, está diciendo, "qué cojones, estoy hasta los huevos de esta mierda, puedes quedarte aquí"; y en la conversación con la hermana maldita de su compañero, cómo, con tan pocas palabras, expresa también lo harto que está de su vida, de haber fracasado en todo, y de estar cansado ya de tanta hipocresía y odio irracionales en base a la raza o la nacionalidad.
Y el de Ray Liota para qué vamos a hablar. Aunque da un poco de grima por lo gordo e hinchado que está (deja la cirujía muchacho), va a degüello a por la rubia, casi sin darle opción. Y cuando se quiere redimir, se encuentra con el mayor desprecio que pueda hacerle una mujer. Otra escena que me ha impactado, en la que yo al menos, me he quedado esperando que le diera una paliza tremenda, o por supuesto, que le niegue la tarjeta de residencia prometida. Pero no, agacha la cabeza, acepta su derrota, al darse de cuenta de lo abobinable de su comportamiento, y se va sin dejar rastro. Me encanta también cómo hilvanan para que todo su tinglado se venga completamente abajo.
Otra escena que me ha marcado, la de la prueba de judaísmo, en la que el rabino, que parece que está a punto de soltar la espada de Damocles sobre el aspirante, decide echarle una mano a sabiendas de que está incumpliendo todos los preceptos de su estricta religión.
La escena del supermercado está exagerada, sí. Nadie se cree que el personaje de Cliff Curtis salga vivo de esa. Pero esto no es una película de acción. El director se permite una licencia para intentar redimir a un personaje que, como sabemos, no lo conseguirá finalmente.
Y para concluir, el final me ha parecido sensacional. Unas historias acaban bien, otras mal. Como la vida misma. El sistema tiene fallos, pero también rendijas para algunos finales felices. Ni todo acaba bien como en un cuento de hadas, ni tampoco todo es una mierda y el mundo es un asco, y esto no hay quien lo arreglue, en plan fatalista absoluto. Deja el cuento abierto para que tú escojas.
Lo dicho, de simple e inesperada, me ha parecido sensacional. Ojalá todas las películas dejaran este sabor de boca.
El momento en que la asistente le dice a los padres que uno se tiene que ir con ella y que seguramente jamás se volverán a ver, o en la despedida con la madre en el centro de reclutamiento, también están perfectos para mí.
El personaje de Harrison Ford está bordado, en dos momentos particularmente para mí: cuando mira al personaje de Alice Braga, y simplemente con la mirada, está diciendo, "qué cojones, estoy hasta los huevos de esta mierda, puedes quedarte aquí"; y en la conversación con la hermana maldita de su compañero, cómo, con tan pocas palabras, expresa también lo harto que está de su vida, de haber fracasado en todo, y de estar cansado ya de tanta hipocresía y odio irracionales en base a la raza o la nacionalidad.
Y el de Ray Liota para qué vamos a hablar. Aunque da un poco de grima por lo gordo e hinchado que está (deja la cirujía muchacho), va a degüello a por la rubia, casi sin darle opción. Y cuando se quiere redimir, se encuentra con el mayor desprecio que pueda hacerle una mujer. Otra escena que me ha impactado, en la que yo al menos, me he quedado esperando que le diera una paliza tremenda, o por supuesto, que le niegue la tarjeta de residencia prometida. Pero no, agacha la cabeza, acepta su derrota, al darse de cuenta de lo abobinable de su comportamiento, y se va sin dejar rastro. Me encanta también cómo hilvanan para que todo su tinglado se venga completamente abajo.
Otra escena que me ha marcado, la de la prueba de judaísmo, en la que el rabino, que parece que está a punto de soltar la espada de Damocles sobre el aspirante, decide echarle una mano a sabiendas de que está incumpliendo todos los preceptos de su estricta religión.
La escena del supermercado está exagerada, sí. Nadie se cree que el personaje de Cliff Curtis salga vivo de esa. Pero esto no es una película de acción. El director se permite una licencia para intentar redimir a un personaje que, como sabemos, no lo conseguirá finalmente.
Y para concluir, el final me ha parecido sensacional. Unas historias acaban bien, otras mal. Como la vida misma. El sistema tiene fallos, pero también rendijas para algunos finales felices. Ni todo acaba bien como en un cuento de hadas, ni tampoco todo es una mierda y el mundo es un asco, y esto no hay quien lo arreglue, en plan fatalista absoluto. Deja el cuento abierto para que tú escojas.
Lo dicho, de simple e inesperada, me ha parecido sensacional. Ojalá todas las películas dejaran este sabor de boca.