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Mauricio (Isla) Mauricio (Isla) · Vheissu
Voto de Jean Ra:
6
Fantástico. Drama La historia se centra en una mujer (Aomi Muyock) que se une temporalmente a una familia de saqueadores que luchan por conseguir la paz en un mundo distópico en el que los inadaptados sociales tienen la supremacía. (FILMAFFINITY)
5 de febrero de 2020
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
A los pocos minutos se descubre que estamos ante una maniobra no poco arriesgada: una película de ciencia ficción que toma no pocos gestos de puesta en escena de Robert Bresson. Hablo de esos planos detalle montados únicamente para captar gestos decisivos, el hieratismo de la dirección de actores, la inmovilidad de la cámara. Y sí, reitero: estamos ante una distopía, ante una obra en la que unos jóvenes huérfanos se han agrupado y viven como marginados, perseguidos por una policía formada por drones. Ellos habitan urbanizaciones deshabitadas, prometen no enamorarse, sociabilizar no les está prohibido, aunque lo evitan en la medida de lo posible.

Y lo curioso es que esa pátina de cine católico no termina en esos pocos recursos, tomados para componer la estética, también nos encontramos con que la figura central parece una transposición de Juana de Arco, que se rebela contra no sé sabe qué o quién, otro de los personajes ve el holograma de su hermana muerta, que sería lo mismo que decir una aparición, o sea, un delirio místico. Ella les cuida y les quiere como a una madre, en cada una de sus crisis es su soporte y el pegamento que mantiene a ese grupo de diez muchachos unido. En "Jessica Forever" los personajes tratan de mantenerse alejados de cualquier cosa que les cree apego a un mundo que les odia, intentan apagar las pasiones para también acallar sus trastornos mentales... y sin embargo, parece decirnos los directores, esto no se puede hacer indefinidamente. El ser humano es un ser movido por sus impulsos, sus ideas y sus pasiones, y éstas, tarde o temprano, afloran. La gente no cambia, se adapta. Puedes engañarte un poco toda la vida, puedes engañarte completamente durante un tiempo, pero no puedes engañarte completamente toda la vida.

Según me parece la acogida del público no ha sido demasiado calurosa. Quizá sea porque tiene los mimbres para crear una película de cinecia ficción de acción y en vez de eso opta una película introspectiva donde se examina los conflictos internos de los personajes. Pero es innegable que este "Jessica Forever" tiene objetivas faltas. Para empezar el contexto, que aspira a plasmarlo como un trasfondo, algo muy sutil, pero que no se sabe exactamente contra qué se rebelan esos muchachos. Siendo una narración de personajes, la verdad es que la composición de éstos a veces resulta algo meliflua, es como si no estuviésemos frente a jóvenes, si no a ángeles, a verdaderos serafines ideados a través de un romanticismo anacrónico. Su "lado oscuro" quizá resulta demasiado prosaico y el lado luminoso le sobra ingenuidad.
A eso sin duda hay que sumarle no pocos momentos de verdadero patinaje, bastante ridículos. Como cierto soliloquio exaltado que uno de los personajes suelta al llegar a la que será su nueva casa. O cuando otro de ellos se declara a una joven recién conocida y ella empieza a adoptar posturas de gimnasia a modo de contestación. O cierta fiesta de regalos, que supongo que viene a plasmar la vena consumista de la que están compuestos estos ángeles rebeldes y posmodernos, pero da igual, es como si estuvieras viendo a huerfanitos desamparados que viven su primera navidad. Rechina bastante. Supongo que cada cual podrá añadir otros momentos diferentes, porque de ésos los hay unos cuantos, a gusto del consumidor.

Y sin embargo, salvo algunas escenas puntuales de cierto embarazo, vi la película con simpatía. Me gustó ese cruce imposible de cine ascético y molde narrativo moderno. Las localizaciones están manejadas con gusto y ambientan fantásticamente una historia extraña, crean un mundo sumamente envolvente, donde no sabes si en algún momento surgirá alguien que romperá con todo, despertará a los personajes de su ensueño ingenuo y les hará aterrizar al mundo racional, pero que transmite cierta sensación de serena desesperación, que de alguna forma estás viendo algo así como la fase final del capitalismo.

Quizá los directores se pasaron de frenada y encararon un proyecto muy por encima de sus posibilidades. O hay algo, una cosa esencial, que todavía hemos de comprender, que no se nos revelará hasta la segunda venida. Cuando veamos a satanás cepillándose a una oveja en el patio trasero o cuando Greta Thunberg asuma la presidencia del Parlamento Europeo. Mientras tanto, para muchos de sus pocos espectadores, se tratará de una película que les encantará odiar; mientras que para la inmensa minoría será un placer culpable. Y la culpa, ya se sabe, es un vicio muy cristiano.
Jean Ra
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