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Voto de harryhausenn:
7
Drama Al norte de Italia, los von Ketten disputan las fuerzas del Episcopado de Trento. Herr Ketten busca matrimonio en un país lejano, Portugal. Tras regresar a casa de su viaje de luna de miel, Ketten se va nuevamente a la guerra. Transcurren once años. Corren rumores sobre la presencia de esa “extranjera” en el castillo. Algunos dicen que es una hereje. Hasta que un día, el obispo de Trento termina muriendo y, con la firma de la paz, cae ... [+]
16 de agosto de 2020
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Llegar ante A portuguesa, un drama histórico de dos horas y veinte, puede parecer un desafío antes de empezar la película. Sin embargo, desde sus primeros planos en un castillo en ruinas, la curiosidad por saber si el conjunto se mantendrá a lo largo del film, si nuestro interés no decaerá hace que nos adentremos en la película, que logra con creces absorbernos. Una introducción de la mano de la enorme Ingrid Caven, vestida con atuendo moderno y recitando, mitad cabaret, mitad juglaría, para acompañar las imágenes de la Edad Media creadas por la directora y que, al igual que los tapices de Arras tantas veces nombrados, narran las hazañas, más cotidianas o sociales que épicas, de la mujer que da título a la obra.

Rita Azevedo Gomes aviva el relato gracias a una realización que engrandece la idea original, que dota al texto de razón y de significado. La composición es la clave, y lo es además a dos niveles. Primero, en lo que concierne la imagen. En el interior del castillo abundan los planos fijos en los que el bloqueo teatral prima para posicionar a los actores. La iluminación y el color son un deleite para la vista y por momentos parece que estuviéramos observando pinturas de la escuela holandesa. Pero mayor importancia cobra el movimiento, el de la propia cámara.

Los muros del castillo, los marcos de puertas y ventanas se delimitan por perfectas líneas rectas, en ocasiones las esquinas de las habitaciones se nos presentan en sus tres ejes en el centro de la imagen, en perfecta perspectiva caballera. La cámara de la directora rompe estos límites al desplazarse, al seguir el movimiento de la rebelde mujer. Rita Azevedo Gomes pone su arte al servicio del personaje y a su historia. La directora escapa de la imagen cuadriculada del castillo como su rebelde protagonista escapa de los rígidos ideales que quieren imponerle. Esto viene representado por el propio castillo, fruto de méritos de guerra y tradiciones en una sociedad que la mujer aborrece y cuya visión no comparte. Un punto de vista de caballeros y guerreros. La perspectiva caballera, podría decirse.

No en vano, es en las escenas al aire libre donde el personaje se nos escapa. Cuando monta a caballo, cuando nada en el río, cuando contempla la niebla que desciende al valle... En la naturaleza no hay líneas rectas que delimiten, incluso en estas escenas parece perderse nitidez, como si los bordes de la pantalla fueran también incapaces de contener el grano de la imagen. Como si la luz, al igual que la portuguesa, también quisieran escaparse.

A portuguesa es un espíritu libre cuya pasión pertenece a la naturaleza, no a los rígidos principios religiosos y políticos de la Edad Media. Es una mujer a la que acusan de bruja, de hereje, que adopta gatos y lobos, que añora el azul del océano y que se propone escalar las cimas a las que ningún cristiano ha sido capaz de subir.
harryhausenn
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