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Voto de harryhausenn:
7
Drama. Western Narra la historia de un cocinero (John Magaro) contratado por una expedición de cazadores de pieles, en el estado de Oregón, en la década de 1820. También la de un misterioso inmigrante chino (Orion Lee) que huye de unos hombres que le persiguen, y de la creciente amistad entre ambos en un territorio hostil. (FILMAFFINITY)
22 de junio de 2021
2 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Sin intención alguna de sentar cátedra, como de costumbre, empezaré diciendo que Kelly Reichardt me parece una de los mejores cineastas en activo. Su dirección deja patente con qué pasmosa facilidad logra integrar la acción en el paisaje. Es capaz de expandir los límites del guión hasta que pierdan la fuerza y se diluyan en el escenario. Todas y cada una de sus películas nos despiertan una sensación de horizonte difuminado, de marco espacial interminable, de naturaleza inabarcable. Y esto desde su fascinante debut, River of grass, que transcurría en los suburbios que lindan el parque nacional de las Everglades en Florida. En aquella película de 1994; fuertemente inspirada del hito de Wanda de Barbara Loden; un criminal de poca monta y una joven ama de casa aburrida intentan escapar, sin éxito, de un crimen que finalmente no ha ocurrido. Huída a ninguna parte causada por algo que nunca existió.

Es un hecho más que remarcable que esta paradoja se repita constantemente en la filmografía de la directora: una frustacion, una rabia reprimida, un tedio o un desazón, en definitiva, un conflicto interno que no termina de liberarse, sin que una resolución pueda adaptarse a ese espacio inconmesurable en el que transcurre. Cuán fácil sería resaltar este contraste entre el peso moral y el ambiente con planos panoramicos que ampliasen el paisaje y al mismo tiempo, qué solución más inútil, pues por desgracia el plano siempre quedaría limitado a la pantalla. He ahí la inteligencia de Reichardt como cineasta: para extender el entorno, nada como aplicar una fuerza en dirección contraria: la máxima introspección en el personaje.

Cómo no pensar en el final de Night moves, con ese protagonista que rondaba la inmesidad de los bosques del medio-oeste americano, un fugitivo de pueblo en pueblo incapaz de clamufarse por culpa del propio miedo a ser descubierto. Un hombre que preso ya si no por parte de la justicia, al menos sí de su propia paranoia. Cuando una artista es capaz de hacernos comprender que el más extenso de los espacios es insuficiente, es entonces cuando éste se vuelve infinito e incluso insoportable, volviendo aún mayor la carga de conciencia del personaje. Otro ejemplo sería la soledad de las Certain women en Montana: millares de kilómetros cuadrados de llanuras nevadas, pequeñas ciudades congeladas, conectadas por asfalto en línea recta, que jugaban en contra de la comunicación, y, como consecuencia de ello, de la comprensión hacia esas mujeres, aisladas, marginadas, solas en la blanca inmensidad del invierno del norte.

First cow no supone una excepción a esta tendencia. El territorio inexplorado del Oregón del s.XIX ya fue el tablero de juego perfecto para la fabulosa Meek's cutoff, donde el espacio que rodeaba al desierto más allá de las colinas no es que fuese vasto, si no directamente, desconocido. Hablamos por tanto, de un escenario inexistente, inesperado para el grupo que buscaba agua para así poder avanzar. En First cow, dos aventureros recién llegados a la nueva región planean enriquecerse con todas las posibilidades que les ofrezca el lugar: hectáreas y hectáreas de bosque virgen en las que poder prosperar para volver a la civilización y crear en California negocios más lucrativos. Sin embargo, o bien las opciones in situ son limitadas, o el confiado espíritu emprendedor del dúo protagonista sobrepasa sus capacidades.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
harryhausenn
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