Ante todo, debo decir que me alegra que el film sea tan fiel al libro. Ha sido un acierto que Samanta Schweblin, autora del libro, sea la co-guionista de esta película urgente.
La forma en la que está contada esta historia es sin apuros y con constantes sutilezas. Justamente, porqué de ese modo se va tejiendo una trama que denuncia un peligro del que nadie está exento, y va mucho más allá de un drama puntual: esto es, el alimento que llega a nuestra mesa, su proceso inicial y todo lo que se utiliza para que los márgenes de ganancias sean cada vez más exorbitantes, a expensas de la salud de todos.
Por ende, esta es una película muy original, con una fotografía exquisita y unas actuaciones grandiosas. Así y todo, lo más importante del film sigue estando en los detalles.