Casada por arreglo con un tan apuesto como reprimido joven judío observante, la que fuera una niña fascinada por historias infantiles, se encuentra atrapada en un medio represivo como el los religiosos jazídicos neoyorquinos. De la niñez, arrastra la permanente alucinación de un hermanito que como alter ego se hace presente para acompañar su angustia de madre primeriza y esposa infeliz. Y cuando imprevistas circunstancias la llevan a situaciones íntimas de insostenible transgresión, acepta retomar la tradición joyera heredada, poniéndose al servicio de un inescrupuloso pariente político, a través del cual entabla relaciones con otros que hacen desmoronar el asfixiante status quo de su vida.
Ni me ha parecido atractiva película, ni la encuentro particularmente recomendable (se estrenó hace 20 años), aunque no escaseen reflexiones existenciales con personajes fantasmales y cuestionamientos teológicos atendibles con encumbrados rabinos. Quizás lo más atractivo del film sea ver una joven y hermosa René Zellweger y a Juliana Margulies, la futura "Alicia Florick: The Good Wife".
Así y todo, no descarto que tanto el tema como su tratamiento encuentren espectadores que "se enganchen" con su trama y la valoren mejor.