Después de ver el film, me quedé a ver los créditos finales y me tropecé con el script doctor de Gabriel García Márquez y Carlos Henao. El primero no necesita presentación, el segundo, poco a poco va tomando prestigio en esto de la escritura de guiones como asesor. Pero bueno, esto lo digo porque el guión me agradó mucho y la verdad es que la historia agarra, aunque en algún momento pensé que los personajes adultos (Salvo Basile, Bárbaro Marín, Óscar Mauricio Rodríguez) en medio de un personaje adolescente (José Julián Gaviria), cederían a algún artilugio, que afortunadamente no se dio. Me refiero a que ni el niño da lecciones al adulto, y los adultos mucho menos. Las lecciones para un beso, son más del azar que de las estrategias particulares en el amor (al menos en esta fábula en clave de comedia).

Los problemas de los jóvenes son jóvenes en el sentido de la impericia y desaciertos, y la de los adultos, llenas de mañas para lograr satisfacer los orgullos y arrogancias personales. Para disfrutar de “Lecciones de un beso” se tiene que tener claro que no es una película convencional y el cineasta Juan Carlos Bustamante sale bien librado de su “Ópera prima”, aunque hay algunas escenas que lucen un poco precipitadas (me refiero al montaje).

¿Y la reflexión final? Que en cosas del amor, no se puede forzar nada. Que los besos primeros en la adolescencia, son los besos que Gabriela Mistral nos dice en su poema “Besos”: “Hay besos que pronuncian por sí solos/ la sentencia de amor condenatoria/ hay besos que se dan con la mirada/ hay besos que se dan con la memoria”.

Gonzalo Restrepo Sánchez (Film critic. Barranquilla, Colombia)