Nada nuevo en el panorama del cine colombiano con esta cinta de Juan David Restrepo. Una historia de sicarios que toma como punto de partida Medellín y unos esbirros en la búsqueda de ¿qué?

Si bien la historia arranca en su primera mitad con buen ritmo y acciones trepidantes, poco a poco identificamos los mismos elementos de otras cintas sobre este tema en Colombia: “La virgen de los sicarios”, “Rosario Tijeras”, “Sin tetas no hay paraíso”, etc. Unos seres a la larga en callejones sin salida y una historia que parece ya haberse visto en algún lugar.

Y es que esa sensación de déjà vu es lo que resta a la cinta colombiana, que bien dirigida y manejada en su tempo y ritmo, pierde su encanto, llegando incluso a aburrir en algunos momentos. ¿Cuándo saldremos de este tema? No se sabe. Sin embargo, recuerdo un pensamiento de Akira Kurosawa que quiero traer a colación para responder la pregunta. “Si con el cine se copia la realidad, después no se la puede reproducir. En el cine la realidad se encuentra y se expresa mirando en primer lugar hacia adentro. Nosotros somos la medida y el rostro de la realidad".

“En coma” es un buen título, ya que es lo que se refleja en algunos personajes del film y, por las noticas recientes de Colombia, acerca de “carruseles” en varios estamentos del país... ¡Mejor ni hablar!