Un argumento incongruente, desmedido y artificioso, aleja a esta nueva película de Bond del giro "realista" que había tomado con la serie desde que Craig se hiciera con el 007. Es una lástima porque visualmente la película tiene grandes aciertos: está muy bien rodada, pero falla estrepitosamente en los personajes y en un guión más flojo que un ovillo de lana. Los guiños a las películas anteriores de la saga son igualmente innecesarios. Los intentos de Bardem por parecer malo de verdad desaparecen a los diez minutos de su aparición para convertirse en un ridículo y torpe histrión. La peor con Craig como Bond (hasta la fecha).