Al amigo lector/espectador de esta breve crítica, sólo es probable que le guste esta película si conoce la historia de los premios Darwin y se ha reido leyendo alguna de las increibles historias de esas personas que con sus absurdas muertes tanto ha hecho por la mejora de la especie humana, eliminando sus propios genes de la carrera evolutiva.
Si eso de los premios Darwin le parece una solemne memez, capaz de hacer reir únicamente a unos pocos frikis, mejor ni acercarse a ver esta película. Porque, más allá de las historias-gags de esas inverosímiles historias, la película no existe, ni tiene apenas gracia.
En realidad toda la película sólo es una débil excusa argumental que sirve de nexo de unión a dichos gags, y de paso pone dos rostros conocidos de protagonistas para atraer a más público.
Como experimento de cine friki queda curioso, pero como película deja bastante que desear.