Una cinta supuestamente con pinceladas de terror, donde no existe tal terror, pero puede llegar a ser medianamente entretenida, con unos pocos efectos especiales que son quizás lo peor de la película.

La trama es simplona: un grupo de saltadores en paracaídas van en helicóptero a una montaña con una vertical de unos 900 metros, el primero en saltar tiene bastante mala suerte, y activa una antigua maldición, por la que aparecen unos diablos de Tasmania bastante más peligrosos que los normales. Se unen los guardas forestales de la zona, y a partir de ahí, poca imaginación en los siguientes 80 minutos (la cinta dura unos 85 minutos, si excluimos los créditos finales).

Como dije antes, lo peor son los efectos, los típicos de este tipo de producciones, ya que la película bien podría haberse llamado "Ranas del Amazonas", ya que los monstruitos se mueven dando saltitos de forma parecida, recordando a las gárgolas de la mítica "Cazafantasmas", pero claro, de aquello han pasado ya varias décadas.

Bonitos paisajes, un ritmo decente, pero aún así, predecible y del montón, aunque para mí no llegó a ser mala.

Wolf.