‘El peor compañero de piso imaginable (Worst Roommate Ever)’ es la nueva propuesta ‘true crime’ de Netflix, y la cual se ha vendido como algo diferente, cuando no deja de ser más lo mismo. Ya me imagino a los «genios» de la plataforma: ‘¿cómo podemos colar más sucesos reales, de esos que tanto gustan a los espectadores, como algo novedoso para que piquen?… ¡Lo tengo! Hacemos una premisa de compañeros de piso y listos’ Pues algo así, porque eso es lo que es la serie documental, una serie de historias que tienen a los compañeros de piso como eje central, y punto. No me habría importado la pereza de los artífices de esta producción si al menos hubiese sido entretenida, pero ni por esas, ya que asistimos a episodios muy largos y soporíferos.

Reconozco que el primer episodio (el de la anciana…) resulta interesante, y que técnicamente la propuesta cumple (la animación funciona a la hora de contar los hechos), aunque no deja de ser lo esperado en un producto de estas características, además de agradecerse el respeto e interés por las víctimas (al contrario que otras producciones similares, más interesadas en los asesinos), pero aparte de eso, nada nuevo luce bajo el Sol. Esto ya lo hemos visto todos antes, y si quitas la premisa principal, no te queda nada, más bien cuatro episodios que van de más a menos, notándose que sus responsables son conscientes de ello, y de ahí el orden.

En fin, que si te gustan este tipo de documentales de crímenes reales, seguramente salgas satisfecho, pero si estás saturado (se están pasando en la plataforma…), mejor que mires hacia otro lado, porque aquí no se te ha perdido nada. Y es que, por mucho que titules a tu producto de forma diferente, al final me estás vendiendo lo mismo de siempre. Vamos, que aunque la mona se vista de seda… Prescindible.

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