Vendida como la ‘Fast & Furious‘ coreana, ‘Seúl a toda pastilla’ es una cinta de acción cortesía de Netflix. No he podido decirle que no, ya que tiene los suficientes ingredientes como para apuntarme a la carrera, ya sea la combinación de géneros, en este caso comedia y acción, o simplemente porque viene de Corea del Sur, un país que no para de darnos alegrías desde hace años (podemos hablar de décadas sin ningún problema), con unas producciones que nada tienen que envidiar a las de otros países (sí, estoy pensando en Estados Unidos), hablándoles de tú a tú, y presentando productos muy cuidados y rabiosamente entretenidos. Afortunadamente, ‘Seúl a toda pastilla‘ es un ejemplo más, siendo una efectiva comedia de acción que da exactamente lo que promete, a pesar de un par de contras.

Para empezar, es injustificable que un film de estas características dure más de dos horas, cuando hubiese sido maravilloso que se apostase por los cien minutos. Ojo, no aburre, pero el ritmo decae en no pocos momentos, con algunos frenazos que ralentizan el devenir de los acontecimientos, impidiendo que sea tan frenética y alocada como pretende ser, como parece indicar su tono, montaje (fascinante en la primera mitad del film) o su soundtrack. Por cierto, si combinas todo, recuerda a las producciones de los 90, aunque la historia suceda en los 80, con una recreación de la época simpática, pero no del todo lograda (no me he visto trasladado a dicha década).

El otro gran problema es su tono, ya que la película apuesta en sus primeros compases por un acertado y agradable toque cómico. Hasta aquí todo bien, pero es que las comedias de acción siempre se preocupan por impactar al espectador, metiendo con calzador el drama a medida que avanza la cinta, cuando realmente no es necesario, siendo éste otro caso más. Cierto es que luego se recupera el tono inicial, pero me da la sensación de interrupción de fiesta (o cortada de rollo, para que nos entendamos), cuando esta propuesta podría haber sido solamente una comedia en sus más de dos horas de duración, que dudo que nadie se hubiese quejado.

En cuanto a los aspectos técnicos, la película está muy bien dirigida, pero no se puede negar que los efectos especiales chirrían bastante (son más que evidentes), siendo una lástima que se abuse de ellos en las secuencias de persecución, cuando esta película pedía a gritos un trabajo más artesano. Entiendo que haya escenas complejas para los dobles de acción, pero lo artesanal siempre va a ganar la batalla al artificio visual, y parece que en Corea del Sur han cogido uno de los peores vicios del Hollywood actual.

Del reparto nada que reprochar, ya que están todos estupendos, totalmente entregados a sus personajes y a la causa, y ofreciendo interpretaciones totalmente carismáticas. Y por cierto, que no os engañen, esto no es una copia de la saga ‘Fast & Furious’, ya que ‘Seúl a toda pastilla‘ bebe más de clásicos (sí, clásicos) como ‘Taxi (Taxi Express)’, dándole la misma importancia a la comedia que a la acción. Y es que al final, los que etiquetaron a esta producción como una nueva ‘F & F‘, ni tan siquiera habían visto la película. En fin…

En conclusión, y a pesar de los contras comentados, estamos ante un film muy entretenido y recomendable, que te dejará una sonrisa dibujada en la cara si aceptas las reglas del juego, y que da exactamente lo que promete. Corea del Sur no suele decepcionar, y aquí tenemos un nuevo caso, siendo un gigante dormido que poco a poco y sin prisa alguna, le está empezando a toser al señor Hollywood. En unos años me lo decís, aunque ya llevan bastantes demostrando lo bien que se les da entretener al público. A disfrutar, porque esto no ha hecho más que empezar.

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