Más allá de que una como cinéfila una está abierta a ver absolutamente de todo, siempre hay pequeñas preferencias que una tiene, más allá de que nos gustan las películas por sobre el género, pero si hay que elegir, siempre hay géneros que sobresalen. Y el thriller es uno de los géneros por el que tengo especial debilidad.

Y el thriller noventero es bastante particular porque hasta posee cierta estética propia que lo separa del resto de los thrillers que se han rodado. Es el que generó esa frase "famosa": "La policía siempre llega al final", porque ciertamente parecía que en las historias policíacas de los '90 la policía siempre era la última en enterarse de todo y cuando sonaban las sirenas aparecían los títulos de crédito final.

Y es ese concepto de thriller noventero el que me hacía pensar que esta película era mejor de lo que yo la recordaba. La había visto hace muchos años y ahora al revisarla me quedé con gusto a poco. Lo cual no es malo porque significa, entre otras cosas, que me quedé con ganas de ver más. Pero el problema es que parece que todo se resolviera muy fácilmente.

Noyce logra crear una atmósfera que a una le remite al cine de Fincher, aunque en los '90 no era el que es hoy -tenía casi que "Se7en" y poco más-, no obstante nos lleva a este cineasta caracterizado por jugar muy hábilmente con los ambientes húmedos y oscuros. Y además tiene a Washington y a una siempre interesante Jolie -desconocida por aquel entonces, era una joven promesa que no llegaba al nivel que hoy posee una Jennifer Lawrence: novata prometedora-. La premisa es fantástica: taxista asesino que deja huellas para jugar con la poli. El jugueteo del gato y el ratón es de lo más divertido que puede ofrecer un thriller, recordábamos "Se7en", pero también están "Zodíaco", "El silencio de los inocentes", y muchos otros asesinos en serie que son más inteligentes que los policías. La cuestión es que Washington es muy inteligente -elige a Jolie como compañera, inexplicablemente- y no obstante el asesino es más hábil aún -debe pertenecer a MENSA-. Pero lo más ridículo de todo es que al final la que descubre la identidad del criminal es Jolie -casual y milagrosamente- pero peor aún, ni siquiera eso es suficiente para atraparlo, tiene el asesino que dejarse atrapar metiéndose en la boca del lobo. Pero peooooor aún es que se justifique de forma muy absurda quién es el asesino, no tiene un móvil creíble. Estos detalles le quitan cuerpo a la historia y la dejan con poca sustancia.

Pero no me malinterpreten, es muy entretenida de ver porque está muy bien hecha, tan bien hecha está que en un punto una hasta se olvida de lo tonta que resulta la historia si se piensa en serio. Por eso siempre valen la pena este tipo de films.