"El Nombre de la Rosa" comienza cuando el ex-inquisidor Guillermo de Baskerville (Sean Connery) llega a una abadía para investigar la muerte de uno de los monjes, que aparentemente se ha suicidado. Acompañado por su novicio Asdo de Melk (un joven Christian Slater), Guillermo de Baskerville va poco a poco, pista tras pista, descubriendo que hay algo detrás de esa muerte, algo relacionado con la biblioteca de la abadía. Cuando más monjes empiezan a aparecer muertos, ambos maestro y aprendiz (en un claro homenaje a la relación Holmes - Watson) deberán llegar a la raíz de los asesinatos antes de que sea demasiado tarde.

El director Jean-Jacques Annaud demuestra que es posible hacer una muy buena adaptación de una novela al celuloide, y dirige de forma magistral a un Sean Connery que cimentaba su carrera y a un Christian Slater que hacía sus primeros pinitos en el cine (lástima del rumbo que tomó su carrera y vida propia poco después). Valentina Vargas se nos aparece como un angel en medio de toda esa vorágine de conspiraciones y ocultismos.

El ritmo de la cinta, como toda película de intriga que se precie, va in crescendo, desde el primer asesinato a la resolución del caso. Diferencias aparte, podría perfectamente tratarse de una aventura de Sherlock Holmes emplazada en la Edad Media. Contiene todos los elementos necesarios para construir una historia en la que la intriga no decae en ningún momento, aunque aquí debe gran parte de su mérito a la novela.

Por ello nos encontramos ante una muy buena película que recomiendo a todos los amantes del cine de intriga, y del cine en general.