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Voto de Chris Jiménez:
2
Acción. Drama. Comedia Rantaro es un niño de 8 años que se matricula en una escuela de ninjas jóvenes. Mientras está allí se hace amigo de Shibe, el hijo de un rico comerciante y de Kirimaru, un huérfano que perdió a sus padres durante la guerra. Juntos, Rantaro y sus compañeros, quienes son llamados los "Huevos Ninja" se verán envueltos en varias desventuras involucrando a profesores, estudiantes de más edad y ninjas rivales del Castillo Dokutake. (FILMAFFINITY) [+]
29 de noviembre de 2019
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Estrellas suriken que vuelan a la velocidad de la luz, viejos guerreros con mágicos poderes, villanos más torpes que feroces, pequeños ninjas con peinados imposibles...
No se puede pedir más a esto. Bienvenidos al colorido, alocado y muy extravagante universo de Inadera Rantaro y sus amigos.

Muchos cineastas han seguido una línea de trabajo a lo largo de sus carreras sin desviarse de aquellos géneros que les dieron el reconocimiento; otros, sin embargo, se han aventurado por diferentes caminos, a menudo arriesgados. Takashi Miike es el mejor ejemplo, ya que pasa por ser uno de los directores más versátiles que existen, capaz de afrontar cualquier tipo de proyecto a un ritmo frenético (estrenando cinco y hasta seis títulos al año); pese a distinguirse por un estilo ultraviolento y bizarro, el nipón también ha tenido tiempo de mostrar la otra cara de su cine, la destinada a un público más joven, la comercial en cierto modo.
Esa formada por "La Gran Guerra Yokai", "Yatterman" o la misma película que nos ocupa, cénit de una tendencia que decidiría extender tras acabar la segunda entrega de "Zebraman". De nuevo, y para no variar, a Miike le fue encargada la misión de llevar a la gran pantalla, y por primera vez en personajes reales, una de las series más longevas de la Historia: "Nintama Rantaro", cuyo manga original creado en 1.986 por Sobe Amako aún prosigue su serialización del mismo modo que su versión animada, que vio la luz en 1.993 y continúa emitiéndose, alcanzado la friolera de más de 2.000 episodios.

Con un guión firmado por Yoshio Urasawa, auténtico especialista de series y films de animación, el director se enfrentó, efectivamente, a una complicada tarea: condensar en tan solo 100 minutos de metraje el amplísimo universo de Amako, algo a todas luces imposible. Aun así a Miike no se le puede tachar de cobarde, desde luego. "Nintama Rantaro" nos traslada hasta un siglo XVI algo "peculiar" para conocer las hazañas de Rantaro, un niño de diez años que se apunta a una escuela para convertirse en un implacable ninja y así limpiar el nombre de su familia, casta de guerreros de segunda clase.
La trama, si puede ser llamada como tal, se divide en tres actos y comienza centrándose en el protagonista y los demás personajes que pivotan a su alrededor, desde sus compañeros de clase y profesores hasta los villanos con los que se tiene que enfrentar; de hecho, la película se detendrá de vez en cuando para presentárnoslos él mismo...aunque éste es sólo uno de los muchos "paréntesis argumentales" que irán apareciendo mientras el director se esfuerza en buscar la alegría del espectador con un humor demasiado torpe, infantil y por momentos rozando lo escatológico, pero que termina provocando de todo menos risa.

Y la mayor culpa procede de la manía de Urasawa de insistir en gags que carecen de gracia alguna abusando además de su duración y llegando a causar una insoportable sensación de tedio y aburrimiento. Una primera y como mucho simpática media hora de planteamiento, que no profundiza en los protagonistas por falta de tiempo, deriva en uno de los nudos más caóticos, confusos y absurdos jamás vistos en el celuloide, donde se dejará en un segundo plano a Rantaro para introducirnos en las intrigas del clan de asesinos Usutake y de Yukitaka Saito y su hijo Takamaru, los excétricos peluqueros de la zona.
Nada menos que casi tres cuartos de hora en los que tiene lugar un mareante laberinto narrativo donde coinciden porque sí un puñado de personajes nada carismáticos y que no ve la oportunidad de avanzar, ya sea por las interrupciones de los momentos "cómicos" o por las innumerables subtramas que se van generando sin sentido ni razón (hasta un ninja sin más función que la de dar interminables explicaciones rompe, literalmente, el escenario, deteniendo la acción presente). Llegado a este punto donde uno ya ha perdido el hilo y el interés de lo que está ocurriendo (tanto que es imposible distinguir entre buenos y malos), Miike parece volver a centrar la historia y el rol de sus protagonistas.

Todo ello en un tercer acto que atañe al enfrentamiento entre los chicos de la escuela con los miembros del Usutake, y que ocupa la última media hora, que fracasa en su intento de ofrecer un clímax trepidante por cometer, precisamente, el mismo error que antes: interrumpir y retrasar lo que está sucediendo con indigestos paréntesis en la acción. Para más inri, una resolución que no se sabe muy bien si es feliz o conveniente a secas...el caso es que el lamentable espectáculo da por concluido, donde hemos tenido la desgracia de ver degenerado por completo el Japón feudal así como las míticas figuras del samurái y el ninja.
En realidad, el único punto fuerte de "Nintama Rantaro" es contar con algunos momentos simpáticos (que no graciosos) y su poder visual, ya que gracias al presupuesto invertido y los efectos especiales se logra crear un imaginario tan fascinante y colorista como esperpéntico con el propósito de ajustarse lo más fielmente al anime, de ahí que nos encontremos con peinados estrafalarios, un maquillaje vergonzoso (chichones de coña, dientes postizos, rostros deformes...) y las muy exageradas interpretaciones de un elenco lleno de pequeños y jóvenes actores más bien mediocre encabezado por Kato Seishiro, Hayashi Roi y Miura Takahiro, donde resulta inevitable preguntarse qué pintan ahí unos veteranos de la talla de Susumu Terajima, Naoto Takenaka y Renji Ishibashi.

La obra más luminosa y optimista de Takashi Miike es, a su vez, de las más idiotas y confusas de toda su carrera...aunque nada de eso importaría para, sorprendentemente, arrasar en taquilla posicionándose en el cuarto puesto de las películas más exitosas (estrenadas en Japón) del 2.011.
Por mi parte, todavía me cuesta creer que el director la realizara el mismo año que la maravillosa "Hara-kiri", uno de sus mejores trabajos...
Chris Jiménez
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