Aquí está Enjuto Mojamuto...pero, un momento, no está en su habitación, no. Está un bosque.
El bosque de los delirios, el bosque de las aventuras, el bosque de los enigmas, el bosque de los misterios y el bosque de las ilusiones...
"Sí, es todo eso, todo eso y mucho más".

Pues eso, que vuelve. Vuelve el "freak" por excelencia de la televisión, ese que, sin moverse un segundo de su habitación, logró influir a toda una generación de homólogos y convertirse en algo así como un ídolo en toda regla. La creación de ese artista contemporáneo de la comedia absurda patria llamado Joaquín Reyes estaba destinado a desaparecer, después de casi tres años, cuando el programa "Muchachada Nui" anunciaba su última temporada a comienzos de 2.010...una lástima ya que de todas las mini-series animadas que lo componían era la más popular.
Pero la suerte llamó a su puerta cuando la gente de Movistar encargó a éste último una serie independiente que aprovechase su patrocinio, lo que iría compaginando con sus diferentes trabajos en el cine y la televisión. Y así da su gran salto Enjuto, al que vemos saliendo por primera vez desde su casa gracias al módem USB con el logo de la compañía, por supuesto, lo cual es una sorpresa. El recluido "freak" se deja los trastos obsoletos y se engancha a las nuevas tecnologías suponiendo ello el comienzo de una gran aventura, que se inicia desde la profundidad de un bosque enorme y oscuro...

Aunque sólo sea la presentación Reyes ya establece el estilo que tendrá la serie, que es el que ha mantenido desde siempre y el que sus fans de toda la vida agradecemos. Cuando aparezcan los otros protagonistas, Hincli-mincli y Bocachoti, un claro de dicho bosque donde el trío se ha perdido servirá de escenario primordial para los restantes capítulos; la colaboración del prestigioso equipo Sopa de Sobre de Miguel Soto, da unas geniales animaciones en "flash" al servicio de un imaginario que es 100% "marca de la casa" del cuenquense.
A modo de los adolescentes inadaptados tan populares de aquellas "teen movies" ochenteras, este grupo se define episodio tras episodio en sus manías, fanatismo y defectos y, pese a todo, muy seguros de sí mismos, incluso con el ego bastante alto, cada uno representando a un estereotipo colectivo. Tres "nerds" adictos a la red y a la serie "Perdidos" caracterizados con un humor afilado; alrededor de ellos una suerte de "Dentro del Laberinto" en las lindes castizas de "El Bosque Animado", pasado por el filtro del tributo a la cultura "freak", a los '80 y los '90 y el surrealismo "chanante", al que se le hacen muchos autohomenajes, con algo de ácido comentario sociopolítico actual.

Es fácil darle la etiqueta de genio a Reyes, que hace lo que quiere todo el rato pillando por sorpresa al espectador; retuerce la narrativa y la metanarrativa, llegan "flashbacks" y "flashforwards" de los "flashbacks" una y otra vez, él mismo actúa de narrador y habla con sus personajes, se va por las ramas dejándoles hablar a su aire hasta agotar la conversación y añade decenas de criaturas o secundarios de dimensiones descacharrantes, recordando a los encuentros que los héroes de "Los Caballeros de la Mesa Cuadrada" tenían en el bosque de los caballeros de Ni.
Una trucha, un alce, un chupacabras, el Hombre de las Nieves, multitud de insectos, todos muy parlanchines y graciosos, mientras Julio Medem aparece volando de vez en cuando justificando los desnudos en su cine, el olvidado clip de MicrosoftWord se desvive por ayudar a los demás y el Dios monocular de las Palabras Súperbonicas da lecciones de lenguaje a los chavales, quienes se cruzan con sus clones de otra serie o con ellos mismos en el futuro y son engañados por el desagradable Bill Gates. Lenguaje raro, embrollos ingeniosos, salidas de tono escatológicas e instantes bizarros que descolocarían a David Lynch.

Aquí nada tiene sentido ni importa un pimiento, sólo hay que dejarse llevar por el desenfreno de lo psicotrópico durante más o menos treinta capítulos (habrá una 2.ª temporada, pero durará poco...) al tiempo que esperamos el descubrimiento de la amenaza inventada del bosque, "Tripichurla", y sin, gracias a Dios, ninguna concesión ni restricciones con respecto a la corrección política, cosa imposible de hacer hoy día.
Pero Reyes va por otro camino, por su propio mundo, el cual se rige con las reglas que él se inventa sobre la marcha, un artista de creatividad blindada y no como otros que van por ahí presumiendo de Goyas. A mí, la verdad, me ha vuelto ha dejar picueto...picueto, picueto...