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Voto de Chris Jiménez:
8
Drama En desacuerdo sus padres, Otsuya huye de su hogar para refugiarse en los brazos de Gonji, quien termina vendiéndola en una casa de geishas. Allí, un maestro del tatuaje dibuja sobre su hermoso cuerpo una inmensa araña. Como si el espíritu del insecto tomara posesión de la joven, el deseo irreprimible de venganza se transforma en el centro de su vida. Como la viuda negra tatuada en su espalda, Otsuya arruina la vida de todo hombre que se ... [+]
29 de marzo de 2019
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Una araña cuya única misión es manipular a los hombres para después devorarles, nacida de la perversidad y el engaño, una araña tatuada cuya fuerza diabólica atrapará en una red de violencia, traiciones, desgracias y decadencia a todos los que se hayan a su alrededor.
Es su deseo de venganza, y es terrible.

Para aquellos que no lo conozcan, el natural de Tokyo Jun'ichiro Tanizaki ha sido y será uno de los escritores más importantes del país, cuya obsesión por explorar la inmoralidad y la decadencia del ser humano, dotar a sus textos de una atmósfera sórdida y sexual y unir el sufrimiento al placer le convirtió en un auténtico pilar de la literatura moderna; muchos trabajos suyos fueron trasladados al universo cinematográfico ("La Señorita Oyu", "Okoto y Sasuke", "Daydream"...), aunque dicha práctica sería más recurrente para Kaneto Shindo, Kon Ichikawa y Yasuzo Masumura.
Tras su memorable "La Mujer de Seisaku", éste último (que ya había realizado la adaptación de "Manji" y haría lo propio unos años más tarde con "Chijin no Ai"), se encargaría de dar vida a la primera novela de Tanizaki, "Shisei", relato corto de enorme popularidad escrito en 1.910 que definiría para siempre el inconfundible estilo del autor; para ello contaría una vez más con la colaboración de Shindo al guión y de su actriz fetiche Ayako Wakao, quien representaba para él lo que Harriet Andersson para Bergman: el triunfo absoluto de la sensualidad salvaje y la espontaneidad carnal.

Un prólogo de tenebrosa ambientación que ciertamente celebra este triunfo nos revela en forma de "flashback" la premisa de "Tatuaje". En el Japón de la era Edo los amantes Shinsuke y Otsuya deciden abandonar su hogar en mitad de la noche hasta que su matrimonio sea aprobado por los padres de cada uno; el joven escapa furtivamente con la descarada hija de su jefe y todo ello desembocará en una traición por parte de Gonji, un posadero amigo de los enamorados, que vende a Otsuya como mercancía sexual y manda asesinar a Shinsuke (situación que no se aleja mucho de la sufrida por la protagonista de "Vida de Oharu, mujer Galante").
Una situación tachada de inmoral y repugnante por las tradicionales costumbres de la sociedad nipona feudal, y que halla su punto de inflexión en el momento en que el experto Seikichi (versión siniestra del Utamaro de Mizoguchi) tatúa en la espalda de Otsuya el dibujo de una araña mientras Shinsuke se ve transformado en un repelente asesino al defenderse de uno de los secuaces de Gonji, escenificado en una encarnizada lucha en pleno bosque con la que Masumura insiste una vez más en el hombre como animal salvaje desprovisto de sentimientos y degradado a sus más bajos instintos de supervivencia.

A partir de aquí la crudeza gana terreno frente al melodrama, que únicamente ha ocupado los veinte primeros minutos de metraje, pero con la creación del tatuaje el argumento se escora hacia la extrañeza y al más puro horror psicológico. Tokubei muestra a Otsuya un telar ilustrado con la mujer devoradora de hombres, en la que se transmutará al dibujar Seikichi la araña sobre ella; de algún modo el tatuaje cobrará vida y se adueñará de su alma. Tomando el sobrenombre de Somekichi, ésta se vuelve una encarnación perfecta de la araña de la mitología asiática que aparecía transformada en seductora mujer ("jorogumo").
Sirviéndose del aspecto sobrenatural, el director hace hincapié en la figura femenina como instigadora de las tensiones entre los hombres, a la vez víctima y manipuladora, llevada por la venganza y la depredación (como ya nos presentó Kurosawa en "Rasho-mon" y "Barbarroja"); entre tanto, los personajes de Tanizaki serán conducidos, por obra y gracia de Shindo, a un profundo abismo habitado por las mentiras, las pasiones lujuriosas y la crueldad. Éstos seres abyectos tan clásicos del cine de Masumura, que disfrutan con su violencia y sadismo, que hallan placer en la desgracia, no obtendrán otra salida a la degeneración por la cual se dejan arrastrar que la decadencia o la muerte.

Pero aunque todos los personajes se vean conectados por la trágica y cruenta sucesión de acontecimientos, el epicentro de la historia será la extraña relación triangular entre Shinsuke, Otsuya y Seikichi (que detallaré en la Zona Spoiler). Masumura impregna la atmósfera de erotismo y sordidez, con una atrapante puesta en escena que presta especial atención a la intensidad de los tonos (sobre todo al rojo) y al uso de las luces y sombras (lo que aumenta la sensación de inquietud y desasosiego), destacando así el trabajo de fotografía del maestro Kazuo Miyagawa.
Entre tanto, los actores ofrecen grandes interpretaciones, en particular Akio Hasegawa, Asao Uchida, Kei Sato y Kikue Mori, que da vida a la madre de Shinsuke. No obstante todos quedan eclipsados por una Ayako Wakao arrebatadora y sensacional desde todos los ángulos con los que es inmortalizada por el director. "Tatuaje" no es sólo una de sus obras más logradas, sino una de las películas más fascinantes (por violenta y descarnada) del cine japonés moderno, la cual confiere movimiento y color a la novela de Tanizaki de forma hipnotizante.

En 2.006, "Shisei" volvería a ser adaptada por el maestro del "pinku eiga" y el "splatter" Hisayasu Sato, pero esta tergiversadora versión del texto poco tiene que ver, por supuesto, con el insuperable trabajo original de Masumura.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Chris Jiménez
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