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Voto de Chris Jiménez:
4
Acción Garrotte es un loco asesino en serie y Jake Riley un veterano inspector de policía que investiga sus asesinatos. Aunque en su día fue un inocente idealista, Jake ha visto lo suficiente de la naturaleza humana como para convertirse en un consumado escéptico, aunque esconde su dolor y su desilusión bajo un exterior de hombre bregado. Jake ha ido siguiendo la pista de Garrotte sistemáticamente pero los cadáveres se van acumulando y el caso ... [+]
29 de marzo de 2019
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
¿Qué se puede hacer para pararle los pies a un sádico asesino en serie? La literatura y el cine nos ha enseñado innumerables maneras de llevarlo a cabo.
Pero quizá esta sea una de las más originales amén de las más estrafalarias: usar un doble genético, una réplica exacta del criminal. Nadie sabe en qué puede acabar todo esto.

Este film guarda más ases en la manga; se trata no sólo de la segunda colaboración entre Jean-Claude Van Damme y Ringo Lam (cuya carrera se fue pique desde que puso los pies en EE.UU., como le pasó a Woo), sino de la cuarta ocasión en que el belga interpreta un doble papel (aunque han sido tantas que he perdido la cuenta...), práctica ya bastante tediosa; así le vimos luchando contra sí mismo en "Doble Impacto", "Timecop" y "Al Límite del Riesgo", debut americano de Lam (incluso en "Soldado Universal", donde se enfrentaba a su revés de pesadilla encarnado en Dolph Lundgren). Hay que rendirse ante lo evidente: pocos actores han llevado hasta ese punto el conflicto interno y el deseo de destruir una y otra vez su imagen.
El guión, escrito por las prodigiosas mentes de Lawrence Riggins y Les Weldon (productor de maravillas como "Los Mercenarios" o el "remake" de "Conan, el Bárbaro"), explota además un recurso muy utilizado a finales de los '90 en el mundo del cine a raíz del caso de la famosa oveja Dolly: el del doble genético; así, "Replicant" viene a ser la respuesta de Lam a la cuarta entrega de la malograda saga de "Alien" o "El Sexto Día", sirviéndose de una premisa situada en un escenario más bien convencional, que nos presenta a ese asesino en serie cuyos impulsos encuentran su origen un terrible trauma de la infancia.

Su madre, que constantemente le torturaba, asesinó a su padre quemando después su casa (sí, hay mujeres que hacen estas cosas); este hombre que disfruta ahora matando madres es perseguido en vano por el clásico policía duro que ha hecho de él su mayor desafío, pero unos tipos de Seguridad Nacional van a ofrecerle su ayuda para capturarlo. El primer cuarto de hora, pese a su colección de clichés, logra mantener una decente intriga, incluso el personaje de Garrotte resulta bastante interesante, pero todo pega un giro inesperado cuando entramos en el laboratorio secreto donde se halla el clon, aún "gestándose" en una especie de repugnante bolsa embrionaria.
Sí, algo se empieza a torcer cuando vemos que este proyecto secreto capaz de crear vida a partir de la clonación del ADN causa tan poca impresión; de hecho, el asunto será tratado con toda la frialdad, indiferencia ("o sea, que habéis hecho un clon del asesino", dice Jake impertérrito) y el puro sinsentido en última instancia cuando vemos al policía tratar e interrogar sádicamente a la réplica, ese "recién nacido" que responderá a un aluvión de nuevas sensaciones de la manera más patética y primitiva, alcanzándose en ciertas secuencias un alto nivel de vergüenza ajena y sintiendo verdadera lástima por el personaje.

Secuencias como la pelea en el edificio abandonado, el encuentro con la prostituta, la insistencia de Jake para que el clon recuerde el asesinato cometido en la casa o aquella del "me levanto, camino, me siento" (que por poco me hace echar la bilis); es decir, una buena idea destrozada por los derroteros que deciden tomar el director y los guionistas. Así circula la trama, tomando cada vez más confianza el policía con la réplica al tiempo que ésta se ve asaltada por los "recuerdos" de sus propios crímenes, los de su doble malvado, con el que se cruzará a eso de la mitad del film, ganando algo de interés la historia.
Este fantasma, imagen especular o superficie de proyección de una anónima pulsión de muerte, se verá reflejado en su réplica ("mi mente es tu mente, mi vida es tu vida"), por lo que el doble no es más que un "desdoblamiento", el cual sólo sirve para figurar y desenmascarar al único. Tras darse esta confrontación y la posterior entre Garrotte y la madre, nos queda el último tramo del film, donde se recupera el ritmo con un puñado de violentas secuencias de acción tremendamente bien filmadas por Lam, que de eso nunca ha adolecido este hombre, las cuales acabarán con un curioso guiño a "Blade Runner" (casi me da algo cuando llegó esa escena).

Si bien Van Damme brinda una notable actuación como el siniestro asesino, dando vida al doble logra ponerse en el mayor de los ridículos en ocasiones e inspirando la compasión y la lástima en otras, como dije antes, además de que en esta película le veremos moverse, saltar y contorsionarse como nunca (no alejándose mucho de los trucos físicos de Jackie Chan o Tony Jaa); le acompaña un bruto Michael Rooker destilando por todas partes su nulo carisma, como de costumbre.
La jugada le salió más o menos bien a Lam y Van Damme para tratarse de una producción de moderado presupuesto que se estrenó directamente en DVD, aunque llegó a pasar por los cines de algunos países. De todas formas los tiempos de gloria ya quedaban lejos para el belga, que no tardaría en convertirse, como sus coetáneos Seagal, Lundgren y Snipes, en carne de mercado del vídeo apareciendo en los títulos más mediocres (hasta la llegada de la redentora "JCVD" unos años después).

Y ya para terminar...¿podría alguien explicarme el maldito "happy end" del replicante con la prostituta?
Chris Jiménez
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