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Voto de Chris Jiménez:
1
Ciencia ficción. Acción En un futuro desvastado tras una guerra atómica han muerto casi todos los hombres de la Tierra. Sólo quedan mujeres y se han vuelto bastante salvajes... (FILMAFFINITY)
21 de abril de 2023
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Nueva peripecia en las lindes de una tierra aplastada por la catástrofe y cuya población, porque aún existe, muestra un aspecto diferente; nueva oportunidad para deleitarse con las delicias de lo "sub-Z", esta vez de la mano de la Action International Pictures.

Y espero que a los demás no les haya ocurrido lo mismo que a mí, que creí leer "American International Pictures", y en absoluto; aunque las siglas coincidan esto no es la compañía de Roger Corman, quien también andaba por aquellas fechas gastando dinero en producciones de coste mínimo para intentar aprovechar, si aún se podía, el filón de "Mad Max II". Si por ejemplo Cannon era la 20th Century Fox de la serie "B" en los '80, la firma que se atreve a promocionar "She-wolves of the Wasteland" podría ser el homólogo de la P.R.C. Pictures de la época; joyas imperecederas como "Asesinos del Espacio", "Man Kill" (buf, con Robert Ginty) o "Future Force" (con el pobre David Carradine) llevan su sello grabado a fuego.
En esta ocasión es el director de fotografía de bajo estrato Robert Hayes quien se ocupa, porque le apetecía al hombre, de un rodaje en pleno Mojave, pese a que se suponía iba a tener lugar en Europa. Así fue como embaucaron también a Kathleen Kinmont (quien algunos recordarán haber visto en la 4.ª entrega de "La Noche de Halloween" o en "La Novia de "Re-Animator" "); la pobre estaba dispuesta a irse a filmar fuera de EE.UU. y se encontró en el desierto ganando una miseria en una producción no sindicada. Ya las cosas pintan mal desde el principio aunque la veamos apareciendo a lomos de un caballo como si se tratase de una mesías, porque en realidad la trama empieza en el interior del páramo cuando la anciana líder ("Gran Madre") de una secta de subnormales da caza a una chica (Keela).

La razón es que está embarazada de un niño. Asunto serio pues nos encontramos en una tierra futura sin hombres, ya que todos murieron a causa de un gran desastre vírico; el Planeta pertenece ahora a mujeres de armas tomar y con pocas ganas de bromas. Así, otra fábula de post-apocalipsis con abundancia de carne femenina semidesnuda que se tosta al sol, pero esto queda lejos de otra "SuperVixens" de Russ Meyer, más bien se recuerdan "América 3.000" o "The Sisterhood", lanzada en las mismas fechas...y no resulta nada tranquilizador. Igual que en ellas las protagonistas son algo imbéciles pero muy valientes, y los/as villanos/as unos patéticos que siempre se creen los más poderosos, pero nada de nada.
Eso sí, todas por igual protagonizan escenas terriblemente ridículas ya que lo de la habilidad interpretativa permanece en punto muerto. No lo hace mejor el guión. Nada nos hace pensar que una dura comerciante nómada tenga por qué arriesgar su vida para salvar la de una chica a la que persiguen tantos enemigos, bastante simples, igual que sus intenciones; las elipsis y la ilógica temporal es lo que peor lleva Hayes: no hay signos de que Keela esté preñada, pero da a luz en poco tiempo, y al pasar cinco años y habiéndose olvidado el Mundo entero de ellas, lo primero que se le ocurre hacer a Phoenix es ir al campamento de las secuaces de la "Gran Madre"...

Ni se entiende ni parece que sea necesario entenderlo, como todo el asunto de introducir a un hombre de por medio que se había estado escondiendo (¿desde cuándo?, ¿y en esa chabola de hojalata ha sobrevivido de tantos peligros?) y que, también por voluntad propia, decide ayudar a las dos fugitivas. Pero el colmo de los colmos no se lo lleva la tremenda falta de ritmo y de torpeza del director para situar la cámara de forma adecuada, la exagerada actuación de la otrora Miss India Persis Khambatta (que se eleva a otro nivel dentro de la lista de las actuaciones más exageradas que existen), ni siquiera los patéticos escarceos eróticos entre el tipo y las protagonistas...
Eso no es nada en comparación con las desmanganillantes secuencias dentro del territorio de las Razule, que básicamente son mujeres caníbales mutantes (o algo por el estilo...) que moran en una parte contaminada del desierto (o algo por el estilo también...) y que practican el culto a la televisión del viejo Mundo. Desde luego un visionario Hayes, quien ya intuía en qué clase de engendros nos podríamos convertir de haber un apocalipsis. También a falta está el director de unos golpes en la cabeza por lanzarnos a los ojos un duelo climático tan pobrísimo y un colofón donde todo termina tan abruptamente (igual que empezó) que no sabemos qué demonios ha pasado.

O se quedaron sin presupuesto o hay escenas que se perdieron en la sala de montaje...o quizás Kinmont dejó tirados a todos cuando los productores insistieron repetidamente en que se desnudara.
Sea como sea el resultado es para verlo y no creerlo.
Chris Jiménez
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