Tan escueta pero directa frase podría resumir a la perfección lo que es esta película. Aunque sería quedarse en la superficie como muchos creen.
A través de uno de los clichés más manidos de la comedia, el sr. Rob Schneider quiso desafiarse como nunca antes...

Y tan manido. El cambio de personalidades (o "swap-body") es parte del humor desde tiempos inmemoriales y se ha visto produciéndose entre hermanos, entre padres e hijos, hasta entre animales y humanos, pero el que más llama la atención (ya no...) es entre un hombre y una mujer, normalmente con la intención de aleccionar con el también manido mensaje de que tenemos que estar en la piel de otro para saber qué se siente cuando juzgamos a otros. Después del éxito "Estoy hecho un Animal" el de San Francisco repite con su colega Tom Brady para sufrir nuevamente una gran transformación.
De mejor título original, "The Hot Chick" empieza de una manera horripilante, primero con un prólogo cuya existencia jamás entenderé y luego con las cuatro típicas furcias pijas del american high school que adoran calentar al personal masculino y burlarse de todo bicho viviente que no es ni tan guay, ni tan guapo como ellas...básicamente unas Heathers del siglo XXI, pero mucho menos carismáticas. Es duro sobrevivir a este residuo de "teen comedy" mezcla de "Jawbreaker" y "American Pie" que presagia "Chicas Malas" (repitiendo en ella una Rachel McAdams a quien uno sólo desea partir el pescuezo).

El humor no llega a negro, se queda en ese estilo de comedia tan típica de Adam Sandler (que, cómo no, ejerce de productor ejecutivo y tiene su buen cameo, repitiendo a uno de los personajes de Schneider en "Saturday Night Live"...y es, de hecho, lo más hilarante de toda la película), basada en los chistes burdos y la burla ajena, y si es más despiadada mejor. Y cuando por fin sucede el cambio de cuerpos con la pija buscaguantazos y un patético delincuente al que también ridiculiza, sucede de un modo inesperado: no son las almas las que mudan de cuerpo, que sería lo más lógico...sino los propios cuerpos.
Aunque hablar de lógica aquí es tontería, claro. El actor saca otra vez su lado histriónico, chillón y descerebrado, no obstante, y aunque parezca mentira, con una sensibilidad diferente a "Estoy hecho un Animal", incluso confesó poder comprender mejor a las mujeres en su interpretación de Jessica en el cuerpo del ladrón; tal vez es una afirmación exagerada, pero él y Brady, que simplemente le deja espacio para actuar a su gusto, sí que logran llegar a lugares más profundos de lo que un principio creíamos.

Es una acción arquetípica de estos títulos, pero sigue siendo agradable la sensación que deja el ver a la malvada de la historia humillada por las vueltas del destino, y hasta este límite, para por fin tragarse su arrogancia y aceptar a aquellos a los que maltrataba tal como son, un poco como también hacía Schneider en "Gigolo" con las mujeres. Porque ninguno de los personajes que rodean a Jessica está satisfecho con su vida y todo en ellos es pura fachada; lo que hacen él y Brady, a través de la conversión fantástica de la chica, es equilibrar este entorno de mentiras, miedos y apariencias.
Así, gracias a sus actos tanto accidentales como provocados, su padre y su madre se darán cuenta del precioso matrimonio que no aprovechaban, las manías de su repelente hermano (un potencial transexual al llegar a adulto) podrán ser aceptadas, las compañeras de clase que se quedaron marginadas podrán salir a la luz sin avergonzarse de sus rarezas y complejos, y el desgraciado que sólo utiliza a las mujeres tendrá su dosis de realidad. Anna Faris, la idiota de "Scary Movie", sigue en la misma línea (no parece de este planeta, realmente), pero es interesante que del cambio de Jessica surja en su personaje una fascinación llevada al romance melancólico, ya que jamás podrá cumplirse.

El resto de "The Hot Chick" está lleno de bromas menos graciosas de lo que creen ser, ya sean de carácter sexual, racista, de igualdad (como dirían hoy día) o simplemente "gags" idiotas que se estiran demasiado, sin embargo su humor es mucho más inteligente y su espíritu mucho más auténtico, y eso ya es algo, que el promedio establecido en aquel principio del 2.000 por "American Pie" y "Scary Movie" y las tristes imitaciones de ambas.
Schneider, con todo lo imbécil que es, logra ser adorable en su doble encarnación y el aprendizaje por el que pasa su parte femenina (este es un detalle que me gustaría ver arreglado en la película: que también se preocupara por el cambio que experimenta el delincuente, en fin), todo lo contrario de McAdams, que tiene la mala suerte de ser desagradable por partida doble. La nostalgia también ha hecho su trabajo para que la reciba de mejor manera...

...y que aún me parta de risa con escenas como la brutal pelea de almohadas, la prueba de fuego por la que pasa Jessica en el aseo masculino o los mencionados instantes de Sandler.