Para mí, una de aquellas películas especiales con las que nos topamos al largo de nuestra vida. No es una obra maestra. Pero es entrañable.

Debo admitir que no soy nada objetiva, pues esta película me recuerda a mi infancia (soy del 91) y por lo tanto, haberla visto a edad temprana hizo, seguramente, que sobrevalorara mucho más este film. Pero creo que lo merece. Por entrelazar la parte humorística (ay esos cambios de ropa e incluso de cuerpo!) y la parte sentimental, ya que no olvidemos el objetivo del protagonista: estar al lado de sus hijos, sea como sea.

Por lo tanto, perfecta película para disfrutar en familia, como yo hice en repetidas ocasiones.