Llevar una novela a la gran pantalla es una tarea ardua y complicada. Si se trata, como en este caso de una excelente novela, que ha tenido mucho éxito (bueno, toda la trilogía) y millones de lectores, más difícil aún. Adaptar una obra supone ofrecer una visión que es distinta a la de la autora y, a su vez, diferente a la que cada lector tiene en su cabeza. Se trata ahora de la interpretación de los guionistas y del director de la película. Una adaptación supone una selección.

Con todo, la película me ha gustado mucho. Los actores están todos creíbles y lo hacen francamente bien, especialmente Marta Etura, en el papel de la inspectora Salazar, un personaje complejo, lleno de traumas, sensible, herido pero a su vez, inteligente y decidida. Muy conseguida la atmósfera del valle del Baztán y los pueblos de la zona. Adecuada la música. Escenas impactantes y bien recreadas.

Eso sí, la novela y la película son diferentes. La película capta lo esencial pero la novela recrea y da muchos más detalles de los escenarios, de los personajes y de la personalidad de Amaia Salazar.

Por cierto, en la novela hay aspectos que son más explícitos que en la novela (en esta última aparecen de forma más ambigua). Por supuesto, que no los voy a contar. Los que hayáis leído la novela y veías la película, seguro que os percatáis.

En definitiva, me ha parecido una muy buena película pero la novela es mejor.

Recomiendo ver la película y leer la novela (incluso si primero veis la película).