Pues sí, Almodovar volvió a reventar las taquillas, a ganar numerosos premios y a encandilar a millones de personas con su nuevo intento de película. Y es que este intento de película es de las mejores que tiene, a saber:

Un guión primoroso, con unos giros argumentales que producen un patatús a cualquier espectador que se precie, con unos personajes más raros que un perro verde copulando con un gato azul, pero ¡eh! es el Universo Almodóvar, hay que meterse en él para verse reflejado. Unas localizaciones preciosas, con una Barcelona que nunca antes había salido tan bella con sus burdeles, putiferios, esquinas y demás lugares que Peeeedro conoce tan bien. Unos actuaciones, ¡buah!, dignas de estudio por el majestuoso reflejo que dan de la sobreactuación, del mal hacer y de la inexpresividad facial producida por el botox. Unos diálogos preciosos con múltiples referencias al bello mundo del pubis, la tranca y la zoofilia, y que, dichas por esas boquitas de las actrices ganan todavía más. Un atrezzo tan impresionante como el Carnaval de Río, pero aquí las tipas de la peli se ponen los trajes tan fashions para andar por casa, ir de compra o para llevar a cabo su doceavo aborto ese mes. El resto de características técnicas absolutamente demenc... deslumbrantes quiero decir.

Olé! y Olé! por el arte español.

Valoración: Bajo tierra