Lógicamente no apta para estómagos extremadamente sensibles de una actual "generación de cristal" por lo que antes de verla se deben tomar ciertos recaudos: así como se muestran virtudes básicas como la lealtad, el amor, la amistad, la honestidad, la solidaridad, la responsabilidad, la fe religiosa, también traslucen aspectos negativos, comunes del ser humano y que hoy causarían extremo resquemor sociocultural como racismo, clasismo, misoginia, obsesión enfermiza, celos tóxicos.
En mi opinión la estructura de la trama tiene dos partes: una primera, de mayor esplendor, donde uno empieza a conocer la personalidad y características de cada niño, la maestra, el portero de la escuela y el resto de adultos que los rodean, donde ocurren las aventuras más importantes, habiendo historias propias de cada niño; mientras que la segunda, probablemente por desgaste del guión, presenta una depresión argumental llamativa, que si bien brilla con arcos dramáticos interesantes, adolece de arcos centrados en Jaime Palillo, personaje que fue perdiendo riqueza y frescura y termina convirtiéndose en un bufon ridículo sobreactuado.
Más allá de esto se puede aprender de la serie cómo a través de las aventuras infantiles un ser humano va evolucionando.