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Voto de Luis Guillermo Cardona:
8
Western. Romance Un tejano que luchó en la Guerra de Secesión (1861-1865) llega a Sundown acompañado de un amigo. Su intención es vengarse de un hombre que resulta ser el terrateniente más rico de la comarca y que está a punto de casarse. (FILMAFFINITY)
27 de octubre de 2020
2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
En cada país, en cada ciudad, y a veces hasta en los barrios, es bien común que surja uno de esos tipos prepotentes que se creen intocables y a quienes todo el mundo teme por la maldad de sus acciones; lo elogian y/o respetan de frente para evitar resquemores; y abominan de él a sus espaldas para desahogar la impotencia. Lo quieren muy lejos para librarse del miedo, la zozobra y los abusos… y si es necesario, ¡bien muerto!, porque creen que así volvería la paz.

Pero, ante el poder y las alianzas que maneja el maloso de turno, el pueblo se siente impotente y hasta teme plantear una unión de combate porque, imagina que algún soplón puede surgir y ponerlos en grave peligro. Tampoco confían en las autoridades, porque, con frecuencia, están aliadas a los facinerosos y denunciar ante ellas, puede ser como ponerse una soga al cuello.

Pero, el Universo siempre se juega sus cartas, y cuando menos se piensa, surge ese gran hombre que, protegido por el cielo, abrirá el sendero para que el pueblo se una, y entonces, el mandamás será enfrentado como se debe… y como todo ídolo de barro, caerá de su pedestal.

La literatura y el cine se han ocupado de plasmar la vida de muchos de esos siniestros personajes, y con frecuencia, lo que sucede es fácil adivinarlo: El tirano hace de las suyas… El pueblo se une a su líder… y el malo-malote recibe garrote.

En cambio, lo que sucede en, <<CITA EN SUNDOWN>>, a menos que te lo cuenten… no podrás adivinarlo. Los filmes dirigidos por, Budd Boetticher, tienen un toque de originalidad que nos hace sentirlo como uno de los más brillantes directores que haya tenido el Hollywood de 1950-60 y se ubica también entre los más calificados en el estupendo género western. Lo más especial en él, es que hizo sus películas con austeros presupuestos que las agrupaban dentro de la llamada serie B., y los planes de rodaje duraban apenas unas pocas semanas. Pero, ¡por Dios!, muchos de los que trabajaron en el Hollywood Grande, le quedan chiquitos a este lúcido y creativo realizador.

Sus logros argumentales… sus eficientes puestas en escena… su construcción de personajes con Vida propia… y su eficaz disección de la historia que llegó a conocer o a estudiar, llevan a, Boetticher, a un punto bien alto del arte cinematográfico... y mientras más lo conozco más me encanta ver lo que ha hecho.

El guion, escrito por Charles Lang Jr., basado en la novela, “Decision at Sundown”, que, Vernon L. Fluharty, publicara en 1955, transforma, con suma valía, una historia simple en un estudio de caracteres muy significativo y, Boetticher, impone su sello logrando un desenlace muy original que nos deja bastante sacudidos.

Aquella frase que dice, Bart Allison, en cierto momento: “Cuando un hombre llega muy alto, el suelo lo golpea con más fuerza cuando cae”, es importante tener muy claro a quién o a quiénes hay que aplicársela”… y si de pronto nos toca mirarnos en el espejo… ¡ánimo! que hay mucho que ganar y muy poco que perder.

Randolph Scott (Allison), John Carroll (Tate Kimbrough), Valerie French (Ruby) y Noah Beery Jr. (Sam), entre otros, logran convencernos de que, los personajes que recrean están claramente extraídos de la realidad y son muy dignos de recordar.

Título para Latinoamérica: DÍA DE JUSTICIA
Luis Guillermo Cardona
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