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Voto de Luis Guillermo Cardona:
6
Comedia. Drama. Romance La hija del jefe de una cuadrilla de bandoleros de la montaña se enamora del jefe del comando militar encargado de arrestar a su padre... (FILMAFFINITY)
17 de julio de 2014
5 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Como obra teatral o cinematográfica, la farsa se caracteriza por llevar a términos de exagerada recreación cada una de sus acciones, apuntando a lo insólito, lo irreverente y lo grotesco, mientras que las actuaciones se visten de fuertes gesticulaciones y de movimientos a ratos malabarísticos, para lograr una cierta caricatura cuya pretensión, en primer término, es traducirse en diversión y producir un estado de jolgorio.

De otro lado, la farsa alude, tácitamente, a la hipocresía de la vida y en este sentido hace cuestionamientos a situaciones sociales (el militar que se enamora de su ‘enemiga’, pero va a casarse por conveniencia); instituciones (el militarismo) y/o a personas, por lo general representativas. Con su estilo, la farsa se pone en contraluz contra las censuras y todo lo deja contado con esa gracia y buen tino tan necesario en los debates de peso donde se logra más con maña que con furor.

El título más exacto en español para esta película, debió haber sido “La gata montés”, ya que, en alemán, katze alude indistintamente a gato y gata, y en este caso, es Rischka, la bandolera, el personaje central. A la intérprete, Pola Negri, críticos y amigos siguieron llamándola desde entonces, Bergkatze (Gata montés) y con esto se aludía a su fuerte temperamento y a sus personajes cinematográficos.

Escrita una vez más por Hanns Kräly y Ernst Lubitsch, esta película da cuenta de lo estrechamente ligado que quedó el director alemán, al escritor francés, Prósper Merimée, desde que leyó su “Carmen” y la llevó al cine, pues aquí –y como ya lo hiciera en “Sumurun”-reincide en recrear a otra suerte de “gitana” coqueta, valiente y de fuerte carácter, con lo que además hace remembranza de la vida personal de la estrella, ascendiente de gitanos, hija de un revolucionario ruso ejecutado luego por el ejército zarista y quien se inició también como bailarina.

En “EL GATO MONTÉS” –como en “Carmen”- Rischka es una chica outsider, miembro de una pandilla de asaltantes monteses que (aquí) su padre lidera y también se enamora de un militar, comprometido éste con la hija de su comandante. Pero, a diferencia de Carmen, La gata montés toma decisiones de otro talante y no aprecia tanto la libertad como la gitana española.

Lubitsch se inscribe aquí en el art-déco con unos sets que resultan bastante originales, y en escenas como la del sueño y dos o tres más, la decoración apunta bien al expresionismo, escuela que, por entonces, estaba revolucionando al arte cinematográfico. Pero, de otro lado, parece haber descubierto el "infantil" juego de las viñetas y la mayor parte de las imágenes las bordea con diferentes figuras, en su propósito de mantener ese toque de comedia caricaturesca que, hemos de decirlo, no siempre consigue llevar a buen puerto.

El resultado es un filme apenas simpático y una curiosidad fílmica de un director arriesgado e innovador que, al final, dejaría una profunda huella en el arte cinematográfico.
Luis Guillermo Cardona
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