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Voto de Luis Guillermo Cardona:
5
7,2
78.483
Thriller. Intriga. Drama
Irán, año 1979. Cuando la embajada de los Estados Unidos en Teherán es ocupada por seguidores del Ayatolá Jomeini para pedir la extradición del Sha de Persia, la CIA y el gobierno canadiense organizaron una operación para rescatar a seis diplomáticos estadounidenses que se habían refugiado en la casa del embajador de Canadá. Con este fin se recurrió a un experto en rescatar rehenes y se preparó el escenario para el rodaje de una ... [+]
13 de marzo de 2013
10 de 14 usuarios han encontrado esta crítica útil
Mohammad Reza Pahlevi, fue el último Shah (Emperador) de Irán. Sucedió a su padre, Reza Pahlevi, un pro-nazi al que los aliados obligaron a abdicar en 1941… y curiosamente, su hijo apoyó a los ingleses y rusos que, por entonces se tomaron el país. Aunque durante su gobierno tomó algunas medidas acertadas (expropiación de los latifundios, separación gobierno-iglesia, y la concesión del voto a la mujer), por otro lado, Pahlevi Jr. contribuyó al desmesurado enriquecimiento de quienes detentaban el poder, al tiempo que empobreció a la clase media e hizo más pobres a los pobres.
En 1953, destituye a Mohammad Mosadegh -el primer ministro iraní democráticamente elegido- por la segura razón de haber nacionalizado el petróleo, hecho que motivó un Golpe de Estado maquinado por Estados Unidos de Norteamérica e Inglaterra, y ejecutado por la C.I.A., estableciéndose, seguidamente, la dictadura monárquica de Reza Pahlevi Jr., la cual sembró de crímenes, tortura y pánico a la sociedad iraní.
Ésto motiva, un día, la movilización del pueblo. Los líderes del partido comunista (Tudeh) son asesinados. Se consolida pronto la revolución… y el shah se ve obligado a exiliarse, permaneciendo en los EE.UU. y otros países, enfermo de cáncer. El pueblo, dispuesto a juzgarlo, lo reclama entonces en extradición, mientras el poder pasa a manos de Ruhollah Jomeini, el líder político y espiritual de la revolución de 1979.
Y aquí empieza la película, <<ARGO>>, con la que el actor, Ben Affleck, regresa a la dirección y consigue hacerse al premio Oscar a Mejor Película, un galardón que tuvo decididas connotaciones políticas: 1. Estimular el sentimiento patriótico. 2. Manipulación sensiblera para opacar el apoyo dado por EE.UU. a la brutal dictadura de Pahlevi Jr.. Y 3. Preparación del sentimiento anti-iraní para el caso en que pueda avenirse una guerra contra ellos. Cualquier excusa va servir para buscar hacerse con su petróleo… y de paso, seguir fortaleciendo el negocio de las armas.
El argumento es bien manido: Seis empleados de la embajada norteamericana en Irán, logran escapar ilesos de la toma que, de ésta, hacen los iraníes… y desde entonces, se refugian en la casa canadiense desde donde serán rescatados por un agente de la Cía (Antonio ‘Tony’ Méndez) quien simula el rodaje de una película de ciencia-ficción, titulada precisamente “Argo”, y a los empleados los hará pasar por el equipo técnico.
Son tres los hechos que se relatan: Toma de la embajada; Preparación verosímil del rodaje y búsqueda de exteriores, y el Rescate. No hay ni un solo personaje debidamente estructurado, quedando la historia plantada como una simple anécdota; la ambientación es harto cercana al peor cine de serie B; y el esquema de rescate no trasciende, ni un ápice, lo que ya hemos visto hartas veces en el cine.
En 1953, destituye a Mohammad Mosadegh -el primer ministro iraní democráticamente elegido- por la segura razón de haber nacionalizado el petróleo, hecho que motivó un Golpe de Estado maquinado por Estados Unidos de Norteamérica e Inglaterra, y ejecutado por la C.I.A., estableciéndose, seguidamente, la dictadura monárquica de Reza Pahlevi Jr., la cual sembró de crímenes, tortura y pánico a la sociedad iraní.
Ésto motiva, un día, la movilización del pueblo. Los líderes del partido comunista (Tudeh) son asesinados. Se consolida pronto la revolución… y el shah se ve obligado a exiliarse, permaneciendo en los EE.UU. y otros países, enfermo de cáncer. El pueblo, dispuesto a juzgarlo, lo reclama entonces en extradición, mientras el poder pasa a manos de Ruhollah Jomeini, el líder político y espiritual de la revolución de 1979.
Y aquí empieza la película, <<ARGO>>, con la que el actor, Ben Affleck, regresa a la dirección y consigue hacerse al premio Oscar a Mejor Película, un galardón que tuvo decididas connotaciones políticas: 1. Estimular el sentimiento patriótico. 2. Manipulación sensiblera para opacar el apoyo dado por EE.UU. a la brutal dictadura de Pahlevi Jr.. Y 3. Preparación del sentimiento anti-iraní para el caso en que pueda avenirse una guerra contra ellos. Cualquier excusa va servir para buscar hacerse con su petróleo… y de paso, seguir fortaleciendo el negocio de las armas.
El argumento es bien manido: Seis empleados de la embajada norteamericana en Irán, logran escapar ilesos de la toma que, de ésta, hacen los iraníes… y desde entonces, se refugian en la casa canadiense desde donde serán rescatados por un agente de la Cía (Antonio ‘Tony’ Méndez) quien simula el rodaje de una película de ciencia-ficción, titulada precisamente “Argo”, y a los empleados los hará pasar por el equipo técnico.
Son tres los hechos que se relatan: Toma de la embajada; Preparación verosímil del rodaje y búsqueda de exteriores, y el Rescate. No hay ni un solo personaje debidamente estructurado, quedando la historia plantada como una simple anécdota; la ambientación es harto cercana al peor cine de serie B; y el esquema de rescate no trasciende, ni un ápice, lo que ya hemos visto hartas veces en el cine.