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Voto de Luis Guillermo Cardona:
7
Drama Un matrimonio acoge en su casa a una pareja, y el marido se enamora de la recién llegada y la mujer del recién llegado. (FILMAFFINITY)
8 de diciembre de 2017
6 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Es un hecho muy frecuente en la naturaleza: Ciertos minerales tienen tendencia a unirse con otros y también hay otros que, al estar unidos, tienden a separarse. No siempre las razones son suficientemente claras y, a veces, pareciera no haber razón alguna… pero siempre la hay. A este fenómeno se le llama en el argot, ‘afinidades electivas’. Algo así, ocurre con los seres humanos, pero, cuando la gente ignora, habla con ligereza: “¿Cómo pudo dejar a una mujer tan buena (o tan bella) por esa zarrapastrosa (putona, fea…)?" "¿Cómo pudo esa mujer dejar a ese hombre tan responsable (o apuesto) por ese sinvergüenza (mujeriego, borracho…)?" Pero, ¿se pregunta alguien si esa, Mujer Buena, es acaso demasiado sumisa, aburrida en la cama, falta de ingenio u otras cosas que hacen falta para ser, Una Mujer que Enamora?, ¿Se preguntan acaso si la z, p, ó f, es una mujer apasionada, excelente cocinera, con carácter y echada pa’delante?, ¿Tienen los críticos idea de si el tipo r ó a, es acaso un celoso enfermizo, un eyaculador precoz, un hijito de mami o carece de otras cosas que son indispensables para que una mujer pueda sentir a su lado a Un Hombre que Enamora? ¿Saben si el s, m, ó b, es quizás un hombre bien fogoso y transparente, que admira a las mujeres y no teme manifestarlo, y si acaso bebe porque le gusta ser sociable y no quiere tener a su mujer en una jaula como hacen tantos otros? Es este apenas un ejemplo, pero hay muchos en el sendero.

En otro orden de ideas, la gente se pregunta: "¿Qué puede interesar a un hombre de una mujer más joven?" La respuesta es simple: Exactamente las mismas cosas que interesan a una mujer de un hombre más joven: Una piel fresca, aguante, ternura y novedad; y, "¿Qué puede interesar a una mujer joven de un hombre maduro?" Exactamente las mismas cosas que interesan a un hombre joven de una mujer madura: Carácter, experiencia, trato cordial…

En su novela, Die Wahlverwandtschaften (Las Afinidades Electivas,1809), Johann Wolfgang von Goethe, se ocupa con gran eficacia de aquella suerte de emociones que, por obedecer a las reglas sociales se reprimen, se contienen y/o se ahogan, llevando al ser humano a vivir una manifestación constante de hipocresía y de negación hecho que, en ocasiones, obliga a los instintos a reventar con formas tales como los sueños, la imaginación o la traición furtiva.

Se trata aquí de la pareja Eduard y Charlotte (ella mayor que él y casados más por conveniencia que por amor), que ahora habitan en la hacienda heredada por quien fuera un hijo bastante consentido. Conmovido, ahora, con la difícil situación por la que está pasando su amigo Otto (el Capitán), Eduard propone traerlo a vivir con ellos, hecho que la esposa aceptará (luego de plantear toda suerte de objeciones debidas a sus presentimientos) a cambio de que también se acepte traer a su sobrina Ottilie a quien puso en un internado junto a su hija para buscar privacidad (“los químicos son mucho más elegantes:aceptan un cuarto elemento para que no se produzca ningún vacío”, dirá en su momento Eduard)… y así comenzará una extraña relación en la que, las particularidades de cierta privilegiada clase social, quedarán muy bien plasmadas.

Febril retrato de la insensibilidad y el egocentrismo, la adaptación que de la novela hacen Paolo y Vittorio Taviani, tiene también las “necesarias” y deseadas modificaciones, y es narrada por Giancarlo Giannini, quien nos va adentrando en ese mundo que pareciera inverosímil a la vista de los más terrenales, porque hay que saber verlo en el plano de la negación de los impulsos del alma que algunos asumen en su obsesivo y, a veces, falso afán de lucir correctos… y el cauce puede desembocar, en ciertos casos, en un abismo donde el impacto se oye a grandes distancias.

Muy bien actuada por Isabelle Hupert, Jean-Hughes Anglade, Marie Gillain y Fabrizio Bentivoglio, la película ofrece momentos sorprendentes y particularmente bellos como el encuentro de amor cuando cada quien está con su pareja, pero, pensando en otro(a), el nacimiento e incidente del curioso hijo de Edoardo y Carlotta (nombres dados en la versión italiana) … y, al final se queda con un sabor a tragedia griega, de esas que parecen al paso inevitables.
Luis Guillermo Cardona
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