Haz click aquí para copiar la URL
Voto de Luis Guillermo Cardona:
9
Drama. Romance Mezcla de biografía histórica y drama romántico que narra las relaciones entre la ya madura Isabel I Tudor, reina de Inglaterra (1558-1603) y el elegante Conde de Essex. (FILMAFFINITY)
27 de febrero de 2009
14 de 14 usuarios han encontrado esta crítica útil
Con un guion escrito por, Norman Reilly Raine y Aeneas Mackenzie, basados en la obra, “Elizabeth the Queen” (1930) de Maxwell Anderson, el director Michael Curtiz, realizó esta brillante película que, sin pretender ajustarse con rigurosidad a los hechos históricos, cuenta con personajes de suma relevancia como, Elizabeth I de Inglaterra, la quinta y última gobernante de la poderosa dinastía Tudor -llamada, The Virgin Queen, porque nunca contrajo nupcias-, una mujer de fuerte carácter, enorme autoridad y gran peso en las transformaciones del reino británico, al que hizo florecer culturalmente durante los 44 años que duró su reinado, al tiempo que lo separó de Roma, creando una singular iglesia protestante. Robert Devereux, conde de Essex, un general que se embarcó en campañas contra España e Irlanda, en las que obtuvo sendas derrotas... pero conquistó como nadie el corazón de la reina, hasta tal punto que puso en vilo su lealtad al gobierno. Walter Raleigh, militar y político, miembro del parlamento inglés, a quien se le atribuye la idea de colonizar a Estados Unidos de Norteamérica y quien fuera autor de varios libros de renombre; y Francis Bacon, canciller y filósofo de raigambre, autor de obras tan significativas como, “El Avance del Conocimiento” y “Novum Organum”, con las que ocupa un lugar en la historia literaria.

La actriz, Bette Davis, tiene aquí una de sus grandes actuaciones, dando vida a una reina que se debate entre su amor apasionado por el Conde de Essex, y sus deseos de ejecutarlo en la horca por su acerado orgullo y sus afanes de poder. Con él experimenta intensos encuentros de afrenta y de ternura, en los que afloran significativos conceptos sobre si debe primar el sentimiento o el deber... y todo esto lo exalta con unas clases de actuación que nadie debería perderse.

Curtiz, logra una sobria recreación de palacio, con una exquisita fotografía, una efectiva y enérgica partitura de su habitual compositor, Erich Wolfgang Korngold... y con unos vestuarios de época imponentes y sugestivos. De parte del resto del reparto, el logro es también inobjetable (Errol Flynn, Olivia de Havilland, Vincent Price, Donald Crisp...), y la película nos lleva por entre las intrigas, las pasiones y las grandes decepciones, con suma pericia y con un ritmo que se preserva todo el tiempo en alto, no obstante que, el mayor peso de la historia recae en los protagonistas y sus más íntimas relaciones.

La Davis, se toma con absoluta propiedad cada escena en la que aparece, y aunque, Erroll Flynn, cumple con su rol de héroe enamorado, la fuerza que posee el rol de la célebre reina y su pericia actoral, hacen que sea ella quien se lleve todas las palmas.

Quizás, el mayor mérito argumental de, <<LA VIDA PRIVADA DE ELIZABETH Y ESSEX>>, es que deja al descubierto la banalidad que, para el ser individual, ofrece todo reinado. La misma reina, Elizabeth, lo dice con la mayor melancolía:

“Ser reina es ser menos que un ser humano, pues, significa anteponer el orgullo al deseo; buscar ternura en los corazones de los hombres y no encontrar más que ambición; pedir a gritos, en la oscuridad, alguna voz desinteresada, y no oír más que el ruido seco de los papeles de Estado (…). El tiempo no alcanza para una reina, pues, los eventos la ahogan, y por un vacío y resplandeciente envoltorio, ella debe abandonar todo lo que anhela una mujer”.

Título para Latinoamérica: MI REINO POR UN AMOR
Luis Guillermo Cardona
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
arrow