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Voto de Luis Guillermo Cardona:
9
Western En Atlanta (Georgia), durante la guerra de Secesión (1861-1865), un niño se queda mudo tras presenciar cómo los soldados de la Unión asesinan a su madre e incendian su casa. Terminada la guerra, su padre, que luchó en el bando confederado, decide emprender con su hijo un largo viaje para encontrar cura a su mal, pero el camino estará lleno de dificultades. (FILMAFFINITY)
16 de septiembre de 2009
22 de 23 usuarios han encontrado esta crítica útil
La guerra de secesión ha terminado... y ahora, el que fuera un rebelde confederado, John Chandler, va de ciudad en ciudad y de estado en estado, buscando a un médico que consiga curar a su pequeño hijo, David, quien desde hace ya un año perdió el habla tras una cruenta acción de guerra. Hasta ahora, todo ha sido en vano, pero, Chandler, mantiene viva la esperanza y así llega con su hijo y con su magnífico perro pastor, Lance, a un pequeño pueblo donde, ¡como bienvenida!, intentan robarle al animal y, él, termina condenado a pagar una multa o treinta días de cárcel. Así conocerá a, Linnett Moore, la dueña de una granja con quien pronto compartirá sus labores y su grata compañía.

Como la existencia es un juego alternativo en el que las cosas agradables, pero, también los escollos están siempre a la vera del camino, los Burleigh -el padre y sus dos hijos-, saldrán al paso para causar las necesarias dificultades a sus vidas, pero ahora, la solitaria Linnett, ya no es más la solitaria, pues ahora cuenta con valiosa compañía y la rivalidad va a ser a otro precio.

Escrito por, Joseph Petracca y Lillie Hayward, basados en la historia, “The Journal of Linnett Moore”, de James Edward Grant, este es, por sobre todo, un western romántico donde, dos almas que parecían condenadas cada a la soledad, buscan hallar una nueva razón para vivir. En una brillante demostración de cine estilizado y elegante, el director Michael Curtiz, relega a segundo plano los duelos y los tiroteos, para contarnos una historia pletórica de humanidad donde, los sentimientos y el esfuerzo solidario en procura de una vida mejor, pesa fuertemente en sus protagonistas.

Resulta encantadora la manera como se va tejiendo el asentamiento para que surja una nueva familia y es, especialmente grata, la forma como se va haciendo palpable el lazo estrecho que existe entre el bien y el mal, y la manera como éste, finalmente, tiende a conducir al bien.

Los seres humanos sentimos desilusión cuando lo que deseamos no lo conseguimos, pero, quien conoce las reglas de la vida, acoge sin objeción lo que sucede porque, con demasiada frecuencia, es afortunado no obtener lo que uno desea. Lo que suele llamarse mal, no es más que el instrumento para que pueda realizarse el bien, y en este relevante filme, podremos verlo en forma resplandeciente:

(Aquí cito escenas importantes) Se necesitaba la pelea y la multa a Chandler para que este pudiera conocer a Linnett. Hacía falta el paso de las ovejas por los sembrados para que, la dueña de la granja, pudiera comprender el valor y el compromiso de aquellos a quienes está abriendo sus puertas y su corazón. Era necesario el incendio del granero, para que no se marchara su más bella esperanza… y era procedente la estratagema última de papá Burleigh, para que así los vientos pudieran soplar con su máxima frescura... y, Tom, ha quedado en pie, porque el paraíso todavía no está al alcance en el planeta tierra.

Este filme rememora lejana, pero inevitablemente a, “Shane” de George Stevens, que también protagonizara, Alan Ladd; y como éste, también, <<EL REBELDE ORGULLOSO>>, me resulta un filme inolvidable.
Luis Guillermo Cardona
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