Se ha dicho que, “The Virginian” (El Virginiano), fue la novela estadounidense que dio comienzo al popular género llamado Western. Publicada por Owen Wister, en 1902, pero ambientada en 1880, se cuentan aquí varias historias de vaqueros, teniendo, como eje central, el romance entre un joven cowboy -al principio peón y luego capataz de un rancho- al cual se le conoce como, El Virginiano (por provenir de Virginia… y quizás algo más), pero cuyo verdadero nombre nunca se menciona -ésta sería la primera referencia al Hombre sin Nombre-, y una joven y encantadora profesora que llega a Wyoming proveniente de New England, y cuyo nombre es, Molly Stark Wood. Por otra parte, la acción tiene su peso en la rivalidad que se produce entre, el joven virginiano, y un jugador pendenciero llamado, Trampas; y también en la estrecha, pero compleja amistad que se produce entre el joven capataz y el vaquero Steve.

Adaptada de varias historias cortas, publicadas primero en las revistas, Harper y Saturday Evening Post, entre los años 1893 y 1902, de ésta novela, se escribió también una obra teatral firmada por Owen Wister y Kirk La Shelle, la cual se estrenó en New York, en 1904, con notable éxito. Como era de esperarse, el par de autores también buscó que el cine se interesara en su trabajo y, en 1914, Cecil B. DeMille firmaría la primera adaptación de, “El Virginiano”, protagonizada por Dustin Farnum.

Trasladada a guion por Howard Estabrook, en 1929, Victor Fleming, sería el encargado de dirigir a, Gary Cooper, en la que fue su primera película completamente sonora. Sin embargo, la técnica de sonido aún era bastante incipiente, y éste es el primer lastre que, sobre todo ahora, afecta a la película. Curiosamente, y cuando faltaban unos cuantos años para que también fuera una estrella del western, Randolph Scott fue llamado para que enseñara a Cooper el acento virginiano.

Debo confesar que, como héroe de esta película, Cooper definitivamente no logra convencer. Resulta ridículo con esa pestañina resaltándole los ojos y su personaje tiene, por momentos, más pinta de tontuelo grande que de héroe de ocasión… pero, para su suerte, gustó a los espectadores y consiguió impactar con esa escena del bar en la que rivaliza con Trampas por una jovencita, y cuando éste le dice: “Cuando quiera saber algo de ti te lo diré, patas largas hijo de…”, el Virginiano saca primero el revólver y, hundiéndoselo en el estómago, lo advierte: “Si quieres decirme eso, ¡sonríe!”

Necesario decir que el actor, Walter Huston, se traga por entero a Cooper en cada escena en la que aparecen juntos; y también lucen muy bien, Richard Arlen como Steve y, Mary Brian (Molly), pues, su rostro brilla con verdadero carisma y dulzura… por algo sería que, Cooper, quiso volver a tenerla junto a él en su siguiente película, “Only the Brave”.

La puesta en escena, la iluminación y la fotografía resultan, por su parte, bastante deficientes; la “broma” con los bebés es de pésimo gusto… y creo, en definitiva, que el interés de, <<EL VIRGINIANO>>, se asienta sobre todo en el cuestionamiento a algunos métodos de “justicia”, mientras se exalta positivamente la amistad, demarcando muy bien su verdadero límite.

Un nuevo remake se haría, en 1945, con Joel McCrea, Barbara Britton y Brian Donlevy como protagonistas; y una exitosa serie televisiva con 249 episodios, se presentaría entre 1962 y 1971.