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Voto de Luis Guillermo Cardona:
5
Thriller. Acción El lujoso yate de recreo Rosebud es secuestrado por unos terroristas palestinos. A bordo se encuentran cinco herederas multimillonarias que organizan una acción de rescate con la ayuda del agente británico Larry Martin y del espía israelí Hamlekh. (FILMAFFINITY)
3 de septiembre de 2015
7 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
La palabra Rosebud significa en español Capullo de rosa. Con este nombre se bautizó en 1889 una reserva de los indios Sioux en los EEUU, pero lo que hizo famosa la palabra fue la escena inicial de la película “El ciudadano Kane”, pues la pronuncia el personaje central Charles Foster Kane al momento de morir, y el resto de la película se tratará de encontrar que significaba para él. En un extenso análisis, alguien concluyó que se refiere a ‘la infancia perdida’… pero parece ser que todo el cuento se reduce a que, era esa la palabra con la que William R. Hearst, el magnate de la prensa recreado en la película, hacía referencia al deseado clítoris de su amante, la actriz Marion Davies.

Cabe entonces preguntarse: ¿En qué sentido usaron la palabra Rosebud los escritores de la novela original Paul Bonnecarrère y Joan Hemingway? Pareciera quedar claro, desde las primeras escenas, que es tan solo el nombre del yate en el que viajan las cinco chicas que van a ser víctimas de secuestro por parte del grupo Septiembre Negro. ¿Pero el nombre se lo pondría el comprometido político Faryeaux –dueño del yate- por pura cinefilia? ¿Es premonición suya de la 'juvenil pérdida' que se avendría? ¿O acaso tendrá que ver con lo que siente por su sobrina Sabine, por quien está dispuesto a un alto sacrificio?

Este llamativo tema, que hubiera dado para implicarnos mucho más en el filme, pasa bastante de lado, pues el director Otto Preminger se centra básicamente en el complot político entre los palestinos y las superpotencias y solo una frase resuena a lo largo del filme, pero sin mucho peso: “Tú siempre tienes suerte”, que las demás chicas le dicen a Sabine cuando algo positivo le ocurre.

De esta manera, “ROSEBUD” no va más allá de ser un entretenido -que no profundo- filme político, en el que la OLP (Organización para la Liberación de Palestina), se sirve de la célula Septiembre Negro para realizar el secuestro de las hijas de hombres influyentes, con el fin de presionar el pase por televisión de unas películas de denuncia.

Infortunadamente, al heroico periodista representado por Peter O’Toole le falta magnetismo y vitalidad para la arriesgada empresa que asume, y actores de la talla de Richard Attenborough, Raf Vallone y Peter Lawford, resultan totalmente subutilizados, siendo bien seguro que aparecieron en este filme más por aprecio al director austriaco que porque les interesara la ligera tarea que les asignaron.

En cuanto a las chicas, muy poco que hacer y con sus lindos rostros, Kim Cattrall (Joyce) y Debra Berger (Gertrud) entre ellas, tan solo alientan unos cuantos planos, pero nunca sucede nada significativo entre su grupo, porque Preminger esta vez no construye personajes sino simples elementos de una trama con cierta intriga.

(Aquí cito un hecho clave) Lo mejor parecía ser la forma de que se sirven los palestinos para liberar a cada chica que entra en canje, pero resulta que, habiendo leído el guión… perdón, ¡por su talento como sabueso!, el corresponsal de Newsweek que se guarda sus secreticos, todo lo descubre en un santiamén y los palestinos quedan como simples aficionados.

No está aquí el virtuoso director de otros años, pero “ROSEBUD” se deja ver, sobre todo si te gustan los filmes descomplicados.

Título para Latinoamérica: “OPERACIÓN ROSEBUD”
Luis Guillermo Cardona
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