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Voto de Luis Guillermo Cardona:
8
Comedia. Drama Basada en una historia real, la película es la biografía del médico Patch Adams (Robin Williams), que revolucionó a la comunidad médica oficial aplicando singulares terapias consistentes en hacer reír y proporcionar afecto a los pacientes enfermos de cáncer. (FILMAFFINITY)
26 de enero de 2013
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Muchas veces me he preguntado, ¿por qué hay tantísima gente que no toma en serio a la gente divertida? Incluso, hay personas que les sacan el cuerpo a los humoristas, sobre todo cuando se da la ocasión de escucharlos en persona. ¿Hay razones válidas para que esto ocurra? ¡Claro que sí! Y dos de las más importantes son: 1. El temor y odio a la burla. 2. Un rechazo inconsciente a verse reflejado en las tonterías (torpezas) que recrea el cómico, que podrían traer las propias a la memoria, pues, si hay algo que la mayoría de la gente desea borrar de sus recuerdos, son las ocasiones en que ha lucido como un perfecto idiota… pero ¡¿Quién será el que no le ha dado este placer a la sociedad?!

Empero, hay quienes creemos que si hay algo serio en este mundo es la risa, porque para causarla se requiere histrionismo, una cualidad que poseen muy pocos; creatividad para poder disponer del tono de voz más ajustado, ademanes, muecas y movimientos ingeniosos; y además, una excelente memoria para retener un montón de datos –a veces dificilísimos- que no cualquiera lo logra. De otra parte, es cierto y ha sido científicamente demostrado que, como explica “Patch” Adams, la risa “aumenta la secreción de endorfinas que, a su vez, aumentan la oxigenación de la sangre, relajan las arterias y reducen la presión, produciendo un efecto positivo en el sistema cardiovascular y haciendo que funcione muchísimo mejor el sistema inmunológico”.

Las razones por las que la risa -como las terapias psicológicas- no tiene cabida en los hospitales donde tratan las mal llamadas “enfermedades físicas”, incluyen precisamente ésto: Si las enfermedades llegan a entenderse (asumirse) como lo que realmente son, es decir, desarmonías psíquicas que presentan signos y síntomas físicos… sencillamente se viene a menos aquel turbio negocio.

Como película, <<PATCH ADAMS>> tiene encanto a borbotones, gracia pertinente y deliciosamente impertinente y, en especial, tiene a unos cuantos seres humanos que buscan dignificar una profesión que todavía camina por relucientes pisos, sin llegar a comprender que, bajo las baldosas, se viene haciendo un lodazal que amenaza con hundirlos en la peor de las ignominias.

El director, Tom Shadyac, consigue enaltecer a un personaje de la vida real –el médico Hunter “Patch” Adams- que nos merece el mayor reconocimiento, y al que Robin Williams ha recreado con una vitalidad memorable. Algunas circunstancias y personajes se han modificado: La linda Karin, por ejemplo, es la conjunción de diversos amigos de “Patch”, y lo que sucede con ella le ocurrió a un amigo. También, la historia se ha condensado en siete años, habiendo sucedido en cerca de quince. Pero, la mayor parte de los hechos ocurrieron tal y como se cuentan, y así, se rinde homenaje a ese médico fundador del instituto Gesundheit, localizado en West Virginia, EE.UU., donde, con mucho humor, una alimentación adecuada y unas cuantas oraciones que conecten con la Fuente, se ha devuelto la esperanza a miles de pacientes en los últimos años.

“El humor -dice una antigua leyenda- es un arma invisible, un poder que te salvará incluso de ti mismo y que servirá a tus descendientes para que puedan luchar e incluso volar”.
Luis Guillermo Cardona
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